Gel azul

Conversan sobre Gel azul

“Los escritores de ciencia ficción no buscamos predecir el futuro”, afirma

Conversan sobre Gel azul
“Los escritores de ciencia ficción no buscamos predecir el futuro”, afirma

El escritor mexicano Bernardo Fernández, mejor conocido como Bef, invitó a los jóvenes en general y a los que estudian en el CCH en particular, a acercarse la lectura, pues hay libros para todos los gustos y lectores. “Supongo que ya los traen jodidos con que lean, pero de verdad te cambia la vida, la gente que no lee es como los que no escuchan música, se pierden de cosas maravillosas”, les aseguró.

Durante una charla con la titular del Departamento de Difusión Cultural del CCH, Rommy Guzmán, para presentar la reedición de su novela de ficción Gel azul, que editara el Fondo de Cultura Económica (FCE), el prolífico autor agradeció la invitación a un espacio en el Colegio pues reconoció “siempre cursé en escuelas conservadoras y me daba envidia de la mala, la libertad que tenían en el CCH”.

Luego contó a la comunidad cecehachera que él proviene del mundo de los cómics, de ser novelista gráfico, pero como durante mucho tiempo no hubo condiciones para publicar ese tipo de libros, hizo guiones de cómics para amigos y después empezó a escribir cuentos de ciencia ficción, hasta que descubrió que iba a llegar a ningún lado y decidió escribir novela.

Sobre Gel azul, detalló, la empezó a escribir en 1998 y la terminó en 2001, la envió a varios concursos sin que tuviera éxito, pero “gracias al internet, irónicamente, hubo la oportunidad de publicarla en una editorial independiente de España, donde ganó el premio Ignotus, el equivalente al premio que se da en idioma inglés a la ciencia ficción, y que votan los lectores.

Fue en 2009 que se publicó en México, cumplió su ciclo editorial y luego salió de catálogo, para convertirse en un artículo de colección para quienes gustan de la ciencia ficción, “lo llegué a ver carísimo -dijo- pero gracias al Fondo ha regresado a la circulación y a un precio accesible, me emociona que vuelva a circular y, acaso, a conectar con nuevos lectores”.

La titular del departamento de Difusión Cultural del CCH se refirió a la historia y expuso que muestra un futuro donde la gente rica y con poder puede tener acceso a la virtualidad de una manera absorta, las personas pueden pasar días, meses y años conectados a unas máquinas de virtualidad, sin agua y sin alimentos, para lo cual son sumergidos en cilindros con un gel azul, que es proteínico, el cual les permite subsistir.

A pesar de haber sido escrita hace varios años no deja de ser vigente, consideró Guzmán, quien destacó la habilidad del autor para, al mismo tiempo, hablar de asuntos como la desigualdad social, el sistema político corrupto y la violencia, “me encanta cómo describes minuciosamente esos mundos y también tocas temas sensibles como el existencialismo, la búsqueda de llenar esa soledad, la incapacidad de relacionarnos”, le comentó.

Bef hizo énfasis en que casi toda la ciencia ficción parte de preguntas como ¿qué sucedería si pudiéramos clonar dinosaurios, contactar entes planetarios no humanos o viajar en el tiempo?, y en ese entonces, él se preguntaba qué pasaría si la interface para el ciberespacio no fueran las pantallas sino la realidad virtual en un ambiente inmersivo, caro y envolvente al que sólo pudieran tener acceso las clases privilegiadas.

Imaginaba cómo sería el futuro de este medio, continuó, nunca hubo una intención de adivinar el futuro, porque los escritores de ciencia ficción no buscamos predecir el futuro, sino como decía Ray Bradbury, en el mejor de los casos, prevenirlo y es lo que intenté, una voz de alarma sobre un futuro que enunciaba una tecnología en pañales, que llamábamos con bastante ingenuidad, la súper carretera de la información.

Entonces era lo nuevo y parecía que íbamos a vivir una utopía digital y no, tenemos prácticamente todo el conocimiento humano al alcance de un clic y nos dedicamos a subir fotos de gatitos, a pelearnos, a insultar, a descalificar, es muy irónico y en última instancia va a ser muy triste, lamentó Bef.

“Pensaba en una distopía en la CDMX para 2020 o 2025, ahora vivimos en un entorno totalmente digitalizado, paradójicamente la conexión a internet se ha abaratado. Cuando lo revisé estaba aterrado de que hubiera caducado, pero no, es un texto noble que mantiene una metáfora, consideré con absoluta frialdad que la novela se sostenía y seguía siendo pertinente”, concluyó, tras destacar que ya trabaja en un par de nuevos proyectos. 

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