“La libertad siempre está presente para los escritores, quienes deben escribir trabajos con responsabilidad, y para los que leen, al ejercer sus derechos lectores”, señaló Alejandra Rodríguez Montelongo, licenciada en Psicología y Letras, quien participó junto con Xochipilli Hernández, especialista en Lengua y Literatura hispánica, en el conversatorio La literatura como un acto en libertad.
Desde la infancia y adolescencia les cautivó a ambas la lectura de historias fantásticas, así como la escritura de notas en cuadernos y diarios, lo que con los años sería un estímulo para que se dedicaran al mundo de las letras.
Durante el conversatorio, organizado por la coordinación de Literatura y Artes Plásticas, del Departamento de Difusión Cultural del CCH, las especialistas reflexionaron en torno al lenguaje escrito como una experiencia para actuar con libertad y con responsabilidad sobre las propuestas literarias que crean en el universo de la poesía y el cuento.
“Los lectores tienen la libertad de elegir el tipo de lectura que disfrutan y los autores con quienes se sienten identificados; la libertad de discrepar en los puntos de vista que propone el autor, así como cerrar un libro cuando pierden el interés por el tema”, indicó Alejandra Rodríguez.
En el caso de las mujeres escritoras, aún hace falta que confíen en ellas, sobre todo, porque ya se han logrado muchos derechos para que se desarrollen en el campo intelectual y de la educación, señaló.
Por otra parte, la cuentista, quien gusta del género de la ciencia ficción, dijo que éste brinda la posibilidad a los jóvenes de crear historias futuras para un mundo mejor.
Recomendó a los estudiantes del CCH buscar autores mexicanos como Amparo Dávila, quien trabajó ese género, así como a otros escritores latinoamericanos y africanos que lo han desarrollado de manera importante.
Al hacer uso de la palabra, Xochipilli Hernández refirió que “la educación, el conocimiento y la literatura son un derecho libertario”, que brinda la posibilidad de posicionarse como escritor.
Además de que “tiene la virtud de hacernos pensar para modificar -justamente- la manera de pensar”, particularmente en la poesía, que es otro espacio de libertad para los seres humanos.
Al hablar del lector, consideró que éste también puede jugar un papel de creador de ideas, “pues se nutre con las letras y el lenguaje del autor, es decir, transforma las cosas e interpreta en la mente como se las imagina”.
Por ello, “entre más narrativas tengamos como lectores, podremos pensar la realidad de manera diferente, sobre todo en estos tiempos de violencia exacerbada; así como para pensar la realidad hacia otros lados, tal y como lo hace la ciencia ficción, para indagar cómo será el futuro”.
Añadió que “en cuanto a la filosofía, la literatura nos sirve para cuestionarnos el por qué de las cosas, para pensar en otras nuevas formas de repensarnos y conducirnos con el uso de la imaginación creativa”.
Para finalizar, la poeta pidió romper con los prejuicios que se tienen del lector, como, por ejemplo: leer el libro de manera completa o leer sólo textos de carácter académicos para que tenga valor el conocimiento.