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Actividad fundamental para los jóvenes

Motivar a los alumnos a leer por placer es el reto docente

Actividad fundamental para los jóvenes
Motivar a los alumnos a leer por placer es el reto docente

La lectura, vista como una motivación que puede favorecer  acercamientos humanos más allá de los medios tecnológicos, es una actividad fundamental, más para las generaciones jóvenes, que es a las que se debe sensibilizar después del confinamiento, consideró Ximena Gómez Goyzueta, doctora en Letras Españolas por la UNAM.

Al hablar sobre el Congreso Nacional de Lectura e Interculturalidad, en el cual participa con una conferencia magistral, consideró que estos espacios de reflexión son imprescindibles, sobre todo para los jóvenes del nivel medio superior, que es donde se integran personas de distintos estratos socioculturales.

Sobre cómo se insertan estos temas en la construcción de sociedades más justas, consideró que la lectura es un quehacer intelectual que requiere de cierto nivel socioeconómico para acceder a él, por lo que estimó necesario implementar programas de alfabetización y de lectura, más allá de las instituciones oficiales.

Ello con el propósito de llegar a donde no hay educación formal, para que al menos un pequeño grupo de personas sea el que los acerque a la lectura recreativa, que es básicamente la literatura, “para establecer contactos interculturales, a través de la lectura y los mecanismos que permitan llegar a personas a las que habitualmente no se llega y poder trascender a otros mundos culturales”.

Los jóvenes que están en la educación formal, dijo, son grandes divulgadores de la lectura en general y, en particular, de la lectura recreativa; “la misión docente es -entonces- diseñar mecanismos didácticos o pedagógicos que los motiven a leer por su cuenta y concebir la lectura como un fenómeno social y de convivencia”.

Hay que hacer que no la consideren sólo como una forma de conocimiento, sino que la trasmitan, “por ejemplo a partir de lecturas en voz alta, porque leer es un fenómeno social que se puede compartir y que nos enriquece”.

En su opinión, los docentes deben tener amor y gusto por la lectura como un fenómeno recreativo que los alimenta cultural y socialmente, lo cual pueden compartir con los estudiantes, no como parte de un programa de estudios, sino en la práxis, como un hecho social.

En ese sentido, la lectura en voz alta es fundamental para expresar ese gusto y contagiarlo a los estudiantes, al compartir experiencias y cómo nos reconocemos, aseguró la maestra de Letras Hispánicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

Justamente, expuso, si se piensa en los pueblos originarios, sus prácticas de conocimiento surgen a partir de la oralidad y al compartir esas historias que dan identidad a una cultura, se despliega su propio mundo a través de los mitos y relatos, que cuando se contrastan con nuestras propias historias de vida, encontramos puntos de conexión.

Para Gómez, al considerar la lectura como un fenómeno de interacción social, que establece lazos como medios para la educación, el conocimiento y el placer, sin que eso borre nuestras diferencias, “podemos establecer acuerdos sobre cómo ir hacia la generación de ese tipo de estrategias, como docentes y personas en contacto con otras personas, no necesariamente en el ámbito académico”, concluyó.

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