“La revista Latitudes CCH tiene un lugar importante en el Colegio porque no sólo retoma los principios que le dieron origen hermanando la aparente polaridad de las ciencias y las humanidades, sino que también ha agregado en el subtítulo el ingrediente de la cultura, porque somos un bachillerato de cultura básica.
“Pero, además, ha renunciado a la entropía, concepto que conduce a la extinción de las especies, ya que ha invitado a voces consagradas de fuera para que dialoguen con nosotros y podamos reanimar el juego de perspectivas que a veces se diluye cuando sólo miramos nuestra propia cara en el espejo (…) Puede cumplir con las funciones fundamentales de una revista, que sea abierta, plural, dialógica, que no sea la voz de un autor sino la voz de muchos”, afirmó el director general del Colegio, Benjamín Barajas Sánchez, al presentar el número cuatro de la publicación semestral.
Comunican ideas
Sobre la función que trae consigo el nacimiento de una publicación, el directivo consideró que llena un vacío y ofrece “una propuesta alternativa: comunicar ideas, despertar ciertos intereses o incomodar a otros, que es la parte más fascinante: molestar, mover a la reacción, al debate y a la crítica”.
Del mismo modo, las revistas “son auxiliares de la memoria, fundamentales para reconstruir los procesos históricos donde intervienen personas en lo individual, pero también grupos, generaciones que fijan una postura sobre diversos asuntos literarios, científicos, sociales”, entre otros.
Al respecto, Alejandro García, jefe de la Imprenta del Colegio, destacó que la actual propuesta editorial surge como una alternativa fresca y visualmente atractiva, “combina de manera agradable, el texto y la imagen, lo que hace que la revista sea amena”. Ésta junto con las que se editan en el CCH, refirió, son de una gran calidad. Con Novas (1974) a la fecha, hay aproximadamente 80 revistas publicadas por los cinco planteles y la Dirección General, y van en ascenso, informó.
En este sentido, el funcionario subrayó que las revistas del Colegio tienen un fin: la promoción de la lectura, por lo que invitó tanto a profesores como estudiantes a conocerla en su versión digital, la cual está alojada en la página web de la institución, y desde donde se puede descargar.
Al hacer uso de la palabra, Mildred Meléndez, colaboradora de la publicación, precisó que además del enriquecimiento cultural, la revista también es una herramienta didáctica para el alumno, ya que le permite consultar fuentes, conocer nuevos autores, lo puede utilizar para la reflexión, para lectura y la escritura. “La idea es que no se quede en las bibliotecas, sino que vaya de la mano con el estudiante”.
Al respecto, refirió que sus tres números anteriores estuvieron enfocados al ensayo, la lectura y la escritura, y la ortografía; en el número reciente se enfoca a un tema que se hila con los anteriores: El oficio de pensar. “El hecho de elaborar un ensayo, contestar un examen o una participación oral requiere de la planificación y organización de un pensamiento, y la manera en que se puedan gestionar estos pensamientos, las técnicas de estudio pueden ser mejores”.
Por su parte, Miguel Ángel Galván Panzi, del plantel Naucalpan, señaló que Latitudes CCH aspira a continuar lo mejor de la tradición de las revistas culturales del siglo XX, a “dejar su propia huella en su respectivo ámbito. (…) una revista es un trabajo colectivo, la colaboración y la armonía entre sus integrantes es fundamental para garantizar su permanencia y continuidad”.
Finalmente, y después de hacer un breve recorrido por los distintos números publicados, el académico felicitó a todos los que hicieron realidad la revista, al director general del CCH por el impulso a estas iniciativas y celebró la participación de todos sus colaboradores y deseo una extensa vida a la revista.
