Las emociones se llevan al aula

“Tenemos que ser conscientes de nuestras acciones y de las emociones que llevamos al aula. El proceso educativo es un proceso de interacción entre seres humanos, y educar con conciencia es ver el impacto que tiene nuestra identidad, emociones, sentido de pertenencia y cultura, no sólo en términos de contenido sino de quiénes somos cuando interactuamos con los estudiantes, es decir, qué relaciones construimos con los alumnos y cómo impacta a nivel sociedad”, explicó Emiliana Rodríguez Morales, directora de Educación AtentaMente, durante su disertación en la Mesa de expertos Educar con conciencia. En dicha actividad, que formó parte de las actividades del VII Coloquio de Atención Plena. Teoría y aplicaciones. Afrontar la pandemia, del Programa de Ecología Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM, la especialista afirmó que no se puede educar con conciencia a los estudiantes sin antes formar a los profesores. “Mejorar las competencias socioemocionales de los profesionales de la educación, hace mejor el ambiente de la escuela y el aula, así como su capacidad para aprender y tener relaciones sanas”, declaró. Durante su exposición describió el abcd de educar con conciencia. “Lo primero es tener una mente atenta; la b, (bondad) es estar conscientes también de los demás, considerar el propio bienestar y el de los otros; la c, implica claridad, tener una mente crítica, clara, curiosa; y la d, de dirección, el propósito y la motivación. Los cuatro son maleables y se pueden trabajar”. Ante la pregunta de qué le falta en el sistema educativo, Oleg Gorfinkel, de la Universidad Veracruzana, señaló que es relevante entender que se necesita preparar a las personas no sólo en los contenidos curriculares, sino también para regular sus emociones, sus pensamientos. Es importante integrar en el Plan de Estudios de todos los universitarios el Mindfulness, es decir, la atención plena.