Las CInIG luchan contra la violencia

Viola derechos humanos y es punible

Toca a todos los cecehacheros hacerla visible y detenerla

Viola derechos humanos y es punible
Toca a todos los cecehacheros hacerla visible y detenerla

La función de las Comisiones Internas para la Igualdad de Género en los planteles del CCH es trabajar en acciones para prevenir la violencia de género, acercar información a la comunidad para que conozca la normatividad, que sepa cómo identificar si sufre o ejerce violencia de género y, si la identifica, saber que puede denunciarla; en el caso de los hombres, eviten cometerla, y que la comunidad ayude a visibilizarla y a detenerla.

Entre los cambios que se buscan alcanzar está el que exista mayor reconocimiento de la violencia contra la mujer o las diversidades sexogenéricas, como una violación de los derechos humanos, y que las autoridades y comunidad cumplan con sus obligaciones establecidas en los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género en la UNAM, señaló Sandra Barranco García, subdirectora de Transversalización de Políticas Universitarias de la CIGU.

Al participar en la plática “El papel de las CInIG en la prevención de la violencia de género”, la ponente reconoció que para ello es preciso, primero, saber bien qué es la violencia de género, ubicarla, tener claro a qué nos referimos y enfrentamos, porque muchas veces la minimizamos o invisibilizamos porque no la tenemos clara.

El objetivo es que los cecehacheros reconozcan cada vez más la violencia y tengan claro que esas conductas son violatorias de los derechos humanos y son punibles por la legislación universitaria.

Licenciada en Relaciones Internacionales, Barranco recordó que en la Universidad se trabaja para desnormalizar todas aquellas conductas que suponen violencia, la cual se ha minimizado con frases como “así son los hombres”, “estás exagerando”, etcétera.

Es cierto, dijo, que en estos momentos se habla más de la violencia física que vemos en las calles: asesinatos, agresiones físicas, la violación, los gritos, insultos; pero hay otras conductas igualmente violentas aunque menos perceptibles, como ignorar, despreciar o humillar al otro, que se encuentran en lo cotidiano, en la publicidad o el lenguaje sexista.

Sin embargo, expuso, también constituyen violencia de género conductas como espiar, mostrar imágenes sexuales, burlas de connotación sexual, difundir rumores de la vida sexual de alguna persona, silbar, movimientos con las manos o tener contacto físico sin consentimiento.

Entonces, abundó, “ahora que van a regresar a la cotidianeidad (los alumnos) es algo que van a observar en su entorno y es importante que lo identifiquen y reflexionen cuál es su papel para prevenir la violencia de género, porque a veces se llega a escuchar: yo no sabía, pero caer en estas conductas tiene consecuencias en la normatividad universitaria”.

Estos ejemplos son para que se vayan informando, señaló, porque a veces nos quedamos en que la violencia de género está prohibida, pero no tenemos claridad de cuáles son estas conductas y hay que hacerse responsables para no incurrir en ellas, dejar de pensar “que se hace la difícil”; es importante que en esta etapa de adolescentes donde van a transitar a la licenciatura, erradiquen estos pensamientos que tienen que ver con los roles y estereotipos.

Subrayó que, de acuerdo con La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia de género es cualquier acción u omisión, basada en su género, que le cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico o la muerte, tanto en el ámbito privado como en el público.

Hay distintos tipos y modalidades de violencia, como la familiar, que es un acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, controlar y someter a las mujeres; la docente mencionó que se ejerce cuando las personas tienen un vínculo laboral, docente o análogo con la víctima y consiste en un acto u omisión de abuso de poder, que daña la salud, autoestima, integridad y seguridad de la víctima.

También se refirió a la violencia en la comunidad, la institucional, la política, la digital (dentro de la cual mencionó a la Ley Olimpia), la mediática y la feminicida, que es la forma extrema de violencia de género contra las mujeres.

Los feminicidios son una de las problemáticas nacionales, la cual se visibilizó con la marcha del 8M y las mujeres la ponen sobre la mesa. 

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