¿Es cierto que hay pocas científicas en la historia? Si esto es verdad, ¿cuál es la razón? Estas cuestiones fueron abordadas en la conferencia “Mujeres en la Ciencia”, sustentada por la astrónoma Isaura Luisa Fuentes Carrera, quien inauguró el ciclo de conferencias virtuales sobre Ciencia y Género, organizado por el Siladin y el Departamento de Difusión de las Ciencias del CCH.
Al iniciar las charlas a distancia en el marco de Día Internacional de la Mujer, María Patria García Pavón, directora del plantel Oriente, destacó que las mujeres representan menos del 30 por cinto de profesionales de la ciencia a nivel mundial. “México no es la excepción; en el Sistema Nacional de Investigadores, apenas ha habido un incremento de 0.48 por ciento anual de científicas en el país. Es un reto superar la situación”, indicó.
Estas cifras y distintos estudios marcan que “el estereotipo de género es una de las principales razones de disminución de las mujeres en la ciencia”, explicó a los estudiantes y profesores que siguieron la trasmisión de la actividad por la página de Facebook Siladin Oriente, el pasado 8 de marzo.
Por ello, afirmó la funcionaria, “este día representa un espacio que se abre para invitar a las alumnas a engrosar la lista de mujeres en la ciencia en México”.
El Siladin, dijo, es un lugar en el Colegio que se ha convertido en un semillero de vocaciones científicas.
Peso histórico
“Es muy importante hacer un recuento histórico del papel que han tenido las mujeres en la ciencia y la labor que han realizado en ese campo, ya que no siempre ha sido reconocido su trabajo, como en muchos otros ámbitos de su desarrollo profesional, se asume que la mujer no ha hecho gran cosa y eso es una gran equivocación que espero desmentir a lo largo de la conferencia”, apuntó Fuentes Carrera, catedrática de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional y doctora en Ciencias por el Instituto de Astronomía de la UNAM.
A nivel mundial, sostuvo, existe un déficit de mujeres en las ciencias. “Somos un poco más de la mitad de la población y, sin embargo, estamos abajo del 30 por ciento en el área científica; lo anterior dependiendo del continente, ya que en algunos es de 20 por ciento”.
La divulgadora intentó dilucidar por qué hay tan pocas científicas en la historia de la humanidad. Y entonces comenzó a mencionar regiones, épocas, actividades y logros de las mujeres más significativas de las diferentes ramas de la ciencia, “del mundo antiguo y reciente”, para demostrar que siempre han estado presentes con sus aportaciones a la humanidad.
Los rostros de la nacionalizada francesa Marie Curie, primera persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades, Física y Química; Tapputi-Belatekallim, de Babilonia, quien fue química-perfumista y la primera persona en registrar experimentos químicos; Fátima al-Fihri, en Marruecos, quien fundó la primera universidad en el mundo, la Al Quaraouiyine, en Fez; Jocelyn Bell Burnell, astrónoma irlandesa, quien descubrió el primer pulsar; e incluso sor Juana Inés de la Cruz, quien no hizo ciencia, pero destacó por ser un ejemplo de mujer independiente que buscó aprender y leyó a los grandes científicos de su época.
En tanto que en México destacan Matilde Montoya, primera médica, en 1887; Dolores Rubio Ávila, metalurgista, en 1908; María Concepción Mendizábal Mendoza, primera ingeniera civil, en 1930. Todas ellas, pioneras en el campo científico mexicano.
