El 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha en la cual se visibiliza y promueve la participación de las mujeres en el ámbito científico y tecnológico.
Esta conmemoración es importante para erradicar las barreras del género, las cuales históricamente han limitado las oportunidades para las mujeres y las niñas en la ciencia y la investigación.
Por ello, es crucial explorar la relevancia de esta fecha para reflexionar sobre su impacto en la inclusión de las mujeres en la ciencia y cómo la conmemoración del 11F contribuye a un futuro científico más equitativo.
El origen del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia fue proclamado en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyo objetivo se centró en sensibilizar al mundo entero en la brecha de género existente en el campo de conocimiento de la ciencia y la tecnología.
Este día tiene como finalidad fomentar la participación activa de mujeres y niñas en la ciencia. Asimismo, se busca el reconocimiento y contribución a las diversas investigaciones realizadas por mujeres y que han impactado al desarrollo científico en favor de la humanidad.
El 11F también nos abre un espacio de reflexión dentro de la Universidad y, en particular, en el Colegio de Ciencias y Humanidades para hablar sobre las brechas de género, pues a pesar de los avances en la lucha por la igualdad de género, las mujeres continúan siendo poco valoradas y representadas en diversas áreas de la ciencia y la tecnología.
Con base en diversos informes de ONU-Mujeres, solo un pequeño porcentaje de mujeres ocupa puestos de liderazgo en instituciones científicas alrededor del mundo, al tiempo que continúa siendo insuficiente la representación femenina en el estudio de carreras universitarias vinculadas a las llamadas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Este desequilibrio no sólo limita las oportunidades para las mujeres, sino también impide a la ciencia de una perspectiva diversa que podría enriquecer la innovación científica y tecnológica.
Fundamental, el acceso a la ciencia y la tecnología
Por tanto, es fundamental el acceso a la educación científica y tecnológica para las niñas y las jóvenes, pues es necesario fortalecer las vocaciones científicas sin prejuicios o estereotipos de género y continuar fomentando espacios libres de violencia hacia las mujeres en los ámbitos científicos.
Además, procurar no confundir la incorporación de las mujeres con verdadera igualdad, pues no perdamos de vista que siguen existiendo factores que perpetúan los techos de cristal, los cuales impiden a las mujeres acceder a puestos de liderazgo en diversos ámbitos del espacio público, incluidos los científicos.
Si bien se han conseguido logros y avances en la promoción de la igualdad de género en la ciencia, aún queda mucho por hacer.
Para que las niñas las jóvenes y mujeres puedan desarrollarse plenamente en el ámbito científico, es necesario continuar impulsando iniciativas educativas que favorezcan su acceso a las STEM, así como garantizar entornos libres de discriminación y de violencia en las instituciones educativas.
Por ejemplo, el Colegio de Ciencias y Humanidades se ha comprometido con diversas acciones para alentar a las jóvenes a ver la ciencia como una opción para construir su futuro académico con la firme intención de contribuir a la creación de una generación de científicas.
Asimismo, desde la Coordinación de Igualdad de Género de la UNAM (CIGU), las Comisiones Internas para la Igualdad de Género (CInIG) y las Personas Orientadoras Comunitarias de cada plantel del CCH, nos sumamos a la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia no sólo para resaltar su importancia en el camino de la igualdad de género, sino también para poner de manifiesto la necesidad de una mayor inclusión de las mujeres en el campo de la ciencia.
A través de diversas actividades se busca inspirar a nuevas generaciones para impulsar vocaciones científicas sin estereotipos de género.
*Profesora del plantel Sur