Cinearte

¿El séptimo arte ha muerto?

Desconocidos comparten sensaciones cuando van a la sala a ver una película

¿El séptimo arte ha muerto?
Desconocidos comparten sensaciones cuando van a la sala a ver una película

Durante 2023 hubo una serie de grandes franquicias cinematográficas conviviendo en la taquilla, las películas de presupuestos gigantescos inundaron la sala, en especial, aquellas que se retrasaron meses o años debido a la emergencia sanitaria.

Sin embargo, hubo un común denominador, incluso las que en algún momento hubiéramos considerado como “éxitos asegurados” no tuvieron el camino seguro. Esto llevó a plantearse: ¿el cine ha muerto?

No hablamos del séptimo arte, hablamos de la sala de cine, el espacio físico. Para una gran parte del público la sala ahora se ha vuelto prescindible, incluso para voces autorizadas. La pandemia demostró que los formatos caseros y las pantallas privadas podían hacer el trabajo igual o mejor aún.

La decadencia de éxitos taquilleros fue evidente, películas de presupuestos gigantescos no recuperaron las ganancias; incluso, algunas que eran éxitos asegurados (como The Marvels) se convirtieron en el mayor fracaso del estudio, lo mismo sucedió con The Flash.

Los públicos cambiaron y fue evidente. Existió un hartazgo por ver siempre las mismas fórmulas, a esto se sumó la inmediatez y lo barato del formato casero. Además, la sobre oferta hizo que los estrenos poco o nada pudieran tener éxito.

Los números son claros, la gente fue menos al cine, los públicos prefieren permanecer en casa; los contenidos de siempre ya no sirven. Sin embargo, también hay argumentos para pensar lo contrario.

El fenómeno del Barbenheimer fue un efecto sui géneris que culminó en el éxito de ambas películas, tanto así que se ha hablado de un universo cinematográfico de Mattel.

Sin embargo, mucha gente clama que el cine ha muerto… A finales del siglo XIX, cuando recién se gestaba el cinematógrafo, existió una atracción similar: el kinetoscopio, una máquina con un visor sobre el cual podías mirar y ver una película.

Dicho invento fue desplazado por una razón fundamental: ofrecía un espectáculo privado y el cinematógrafo, en cambio, ofrecía una experiencia colectiva (dentro de la sala) y a su vez privada (en las sensaciones individuales).

Desde la perspectiva de su realización, el cine se crea bajo colectivo y también se disfruta así, cuando la sala se inunda de risas, sustos, un silencio fúnebre o porque se intenta retener el llanto. Hay una conexión entre personas desconocidas que sienten sensaciones similares y viven el séptimo arte.

Tal vez esto no sea suficiente para argumentar la prevalencia eterna de las salas, o tal vez (…) se dé paso solo a los formatos caseros a una nueva etapa del cine y en ese caso diremos que el cine ha muerto.

A título personal, estoy seguro de que nunca sentiré lo mismo en una pantalla privada que en una sala de cine. Hay emociones que sólo he sentido en el cine, pero que he sentido de forma más intensa sólo dentro del cine.

Si el cine ha muerto, ¡larga vida al cine!

El cine se crea bajo colectivo y también se disfruta así, cuando la sala se inunda de risas, sustos o llanto.

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