Una obra con diversión, incomodidad e inteligencia

De Abril Mayett

Una obra con diversión, incomodidad e inteligencia

De Abril Mayett
Una obra con diversión, incomodidad e inteligencia

El pasado jueves 17 de agosto se estrenó para la sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque, La verdura carnívora, de Abril Mayett. Se trata de un monólogo con un humor bastante negro que —por fortuna— se mantiene en los escenarios desde 2016 y no ha parado de ser un verdadero éxito: no sólo por su constancia en la escena sino por su inteligencia dramática y actoral.

La verdura carnívora trata de la confesión, en un centro de readaptación social, hecha por Verdolaga, su protagonista, quien nos explicará con lujo de detalle el por qué está presa. Ella nos llevará hasta sus recuerdos de infancia, cerca de la “Madrinita”, con quien vivirá sus primeros tormentos, ya que es una mujer experimentada en el negocio de la prostitución infantil. Lo peculiar de esta obra, y vale la pena decirlo de una vez, es que pese a lo “crudo” de su planteamiento y de las situaciones sórdidas por las que pasa su protagonista, el público no para de reír.

Esto se debe, como lo tiene bien identificado su realizadora, al hecho de que Verdolaga —pese a todo— logra sortear, a veces con ingenio; otras, de milagro, una serie de situaciones que lamentablemente en México son cosa de todos los días: prostitución, corrupción policial, hambre, agresión en los negocios, sometimiento, hipocresía… Sin embargo, es imposible no esbozar una sonrisa iluminada porque, del mismo modo, podemos presenciar en Verdolaga su despertar sexual y el inevitable enamoramiento por el que pasamos todos; así como sus decepciones…

En una entrevista hecha en noviembre de 2022, para Teatro Isla de Próspero, Abril Mayett nos compartió que este monólogo posee tres raíces en su concepción: las conversaciones que escuchó por accidente de algunos niños que vivían en la calle; la experiencia que tuvo con un novio vegetariano, así como la peculiar relación con la familia de éste, y, finalmente, sus ganas de —por fin— tener un papel protagónico, que estuviera en todo momento en escena, y no gracias a las dinámicas del teatro institucional.

De ese modo, se conjuntan, a nivel técnico, la risa y la incomodidad que distinguen al texto; ya que el monólogo posee certeras líneas de crítica social: para las altas esferas, la exposición del comportamiento de personajes de la política y de posiciones de poder: sus vicios y manías; para los estratos más bajos, el comportamiento de cierto sector de la sociedad que se deja llevar por las modas y el que se despedaza así mismo, sin importar que pertenezca a la misma clase. Los dos, por cierto, siempre actuando por el instinto.

Por otro lado, a nivel actoral, la obra es un auténtico buffet de caracteres, ya que vemos poco más de 15 personajes en escena realizados por una sola actriz, cada uno con un gesto, timbre de voz y corporalidad diferentes: un verdadero espectáculo de actuación. Y, para rematar, todo este estruendo con una precariedad escenográfica deliciosa: contados cambios de luces, alguna pista musical, a cargo de la misma realizadora y de Cheko Zaún, y un solo huacal de madera en el escenario.

Sabemos, de contado, que esta producción corresponde al pensamiento de su creadora: el de hacer del teatro un espectáculo sustentable a largo plazo para sus realizadores y —sobre todo— un teatro que divierta a su público, pues, como dice Mayett: “El teatro divertido es el que habla de ti”, cosa que, indudablemente, nos demuestra con su monólogo. La verdura carnívora, por tanto, es un acontecimiento teatral por excelencia —incluso— en el sentido primigenio de la palabra, pues está sostenido por sus tres pilares fundamentales: estructura dramática, actuación y público que lo disfruta.

La verdura carnívora va a estar en la sala Xavier Villaurrutia, del Centro Cultural del Bosque, del 17 de agosto al 10 de septiembre de 2023, los jueves y viernes a las 20 horas; sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas. La dirección, dramaturgia y actuación son de Abril Mayett; la asistente de dirección y producción es Zaidee Morlán, así como la interpretación de una fugaz policía. La iluminación, escenografía, vestuario y atrezo están a cargo de Shake & Falstaff.

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