100 años de arte mural

100 años de arte mural

Siqueiros, Rivera, Chávez y O’Gorman, entre otros grandes, dejaron su huella

100 años de arte mural
Siqueiros, Rivera, Chávez y O’Gorman, entre otros grandes, dejaron su huella

Los murales El árbol de la vida y La Creación, elaborados entre 1921 y 1922 por Roberto Montenegro y Diego Rivera, son considerados obras precursoras del movimiento de pintura mural mexicana, que está cumpliendo un siglo, como lo ha documentado desde marzo pasado un serial sobre los 100 años de Muralismo en México, publicado por Gaceta UNAM.

Planteados como un ejercicio de difusión periodística, que impulsa la reflexión colectiva en torno a los murales, los trabajos especiales abordan cerca de 35 de las casi 150 obras plásticas que custodia la Universidad, con la colaboración, asesoría y rigor académico de especialistas del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE).

En entregas semanales, la publicación ha desglosado cómo el Muralismo fue un movimiento que le dio un lugar especial al arte mexicano en una sociedad cambiante, además de  un sitio en el arte moderno mundial que determinaría el curso de la historia plástica de nuestro país a lo largo del siglo XX.

Asimismo, un arte que ha sido parte de la historia de la UNAM, institución que siempre se ha caracterizado por promover renovadas formas de arte público.

 

Los creadores

El colorido y simbolismo de los murales que adornan las paredes de edificios, auditorios y espacios públicos de Ciudad Universitaria es bien conocido, sobre todo desde 2005, cuando el campus central de la máxima casa de estudios logra la declaratoria de Monumento Artístico Nacional, distinción que conlleva la preservación y difusión de la obra.

A partir de ese momento, y también con miras de la consecución de la declaratoria de CU como Patrimonio Cultural de la Humanidad, ha sido importante la difusión que se ha dado a la belleza artística y arquitectónica que alberga el campus, que incluye una impresionante colección de murales, cerca de 150, hechos o colocados en diversas áreas de la Universidad, no sólo en el campus distinguido.

Así, por sus muros podemos ver desfilar la visión artística y creatividad de los padres del Muralismo Roberto Montenegro, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, además de otros grandes muralistas que continuaron su legado y desarrollaron el movimiento, como es el caso de Francisco Eppens, José Chávez Morado, Carlos Mérida, Juan O’Gorman, Arnold Belkin, Mathías Goeritz y Vicente Rojo.

 

Las obras

Entre las creaciones más emblemáticas están, por ser las pioneras, El árbol de la vida y La Creación, pintados en el Ex-templo de San Pedro y San Pablo y en el Anfiteatro Simón Bolívar de la ENP, respectivamente.

El mural La representación histórica de la cultura, de casi 4 mil metros cuadrados que cubre toda la fachada de la Biblioteca Central, de Juan O’Gorman; la triada de José Chávez Morado, integrada por El retorno de Quetzalcóatl, La conquista de la energía y La ciencia y el trabajo, en la Facultad de Ciencias; al que más tarde se sumó México moderno, un país de antigua cultura, un mural que le fue encargado para representar a México en la exposición Universal de Bruselas, en 1958, y que acabó en la Preparatoria número 4.

Otra triada famosa es la de Siqueiros, ubicada en tres de los cuatro costados de la Rectoría: El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo. Por una cultura nacional neohumanista de profundidad universal, en el costado sur; El derecho a la cultura (o Las fechas en la historia de México), muro norte, y Nuevo símbolo universitario, muro oriente.

Mientras que de Diego Rivera destacan La Universidad, la familia y el deporte en México en la fachada del Estadio México 68; del guatemalteco Carlos Mérida La abstracción integrada, que se puede admirar en la avenida de los Insurgentes Sur, a un costado de la curva que conduce al Centro Cultural; del canadiense-mexicano Arnold Belkin, Inventando el futuro, una alegoría del poder transformador de la tecnología, ubicado en la Biblioteca Enzo Levi, del posgrado del Instituto de Ingeniería.

En el mismo Instituto, se inauguró en 2007 la escultura mural Carta geométrica, de Vicente Rojo, entre algunas de las obras más icónicas.

Se trata de un derroche de talento, la historia viva de la plástica mexicana, que muestra al espectador las diferentes concepciones de arte público, de estilos artísticos; técnicas, materiales e ideologías que hacen de la UNAM un centro palpitante de la cultura mexicana.

Compartir: