DRA. ROSINNA GÓMEZ MOYA

pulso investigación 4

Seminario de salud mental diseña modelo de atención

pulso investigación 4
Seminario de salud mental diseña modelo de atención

Los resultados de la investigación educativa realizada por el Seminario de Investigación en Salud Mental (Seisamen), ciclo 2020-2021, coordinado por la doctora Rosinna Gómez Moya, fueron dados a conocer en el número 4 de Pulso Investigación: “Relación entre la salud mental y el consumo de drogas en estudiantes del plantel Naucalpan del CCH durante la pandemia por Covid-19”.

En la presentación del material, el 10 de noviembre, la profesora Gómez Moya señaló que los resultados demostraron una combinación de factores sociales y metodológicos que marcan una prevalencia de depresión y ansiedad en las mujeres; esta última, dijo, “es común en las personas, pero se puede agudizar y volver una cuestión crónica”.

El Seisamen 2021-2022, adelantó, realiza un estudio longitudinal de dependencia, es decir, sobre distintos sujetos de la misma población, manteniendo las mismas variables y objetivos. La primera fase fue un diagnóstico. Ahora, la segunda, aún en desarrollo, es el seguimiento sobre una muestra representativa.

Para medir la evolución de una enfermedad mental dividieron a la población estudiada en distintos grupos: los estudiantes sanos que deben fortalecer su salud mental; el segundo padece ciertas circunstancias que le hacen vivir estrés; el tercero enfrenta estresores vitales que podrían provocarle síntomas de depresión y ansiedad sin tener un padecimiento, y un cuarto que ya tiene un padecimiento psicológico y requiere atención médica y psicológica especializada.

A partir de lo anterior y de las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Seminario creó un modelo de acción que incluye: Prevención primaria, dirigida a toda la comunidad: estudiantado y profesorado. Recursos teóricos y dialógicos para la promoción de la salud mental y la sensibilización de la población (cursos, talleres, conferencias, actividades, ferias).

Prevención secundaria y detección oportuna, que implica hallar al alumnado en riesgo, por parte de programas como el PIBA, y atención especializada, una vez que se localiza a la población en riesgo, se le remite a tratamiento psicológico y a un médico especializado.

En esta fase se incorporan alianzas con facultades, dependencias e institutos que cuentan con apoyos a la salud mental.

El papel del Colegio es promover la salud mental de los alumnos y fomentar un ambiente libre de violencia. 

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