Siempre que se escucha la palabra “productor” en el mundo del teatro, se piensa en la persona o institución que aporta los recursos económicos para la realización de la puesta en escena.
Si bien es cierto que la casa productora, o bien, el productor general (el título que corresponde a quienes otorgan dicho recurso), las personas que reciben el título de productor ejecutivo en los programas de mano no son quienes brindan los recursos económicos, sino quienes son responsables de que la producción llegue a los objetivos que se propone.
La producción ejecutiva, entonces, se encarga de gestionar los recursos económicos y humanos para que todas las áreas que intervienen en la creación escénica logren su cometido en los tiempos establecidos.
División del trabajo
El trabajo de la producción ejecutiva se divide en tres momentos: la preproducción, la producción y la postproducción.
Durante la primera etapa, la producción ejecutiva se encarga de la organización del proceso de ensayos para llegar al estreno.
Lo más elemental de dicha tarea consiste en la elaboración de un calendario que incluya los ensayos técnicos, generales y el estreno. Esto implica realizar un trabajo con quien se encarga de la dirección para, de acuerdo con las necesidades del espectáculo, dividir el tiempo del que se dispone en las distintas etapas que tienen los ensayos.
Asimismo, en esta planeación la producción ejecutiva contacta a los recintos en los que se ensayará y al personal encargado del teatro donde se presentará el espectáculo, con el fin de acordar los tiempos de ensayos en el foro, los ensayos generales, el preestreno y la función de prensa.
Otra labor fundamental que realiza la producción ejecutiva es contar con los elementos necesarios en los ensayos para que el trabajo se realice de forma adecuada.
Posiblemente, en un inicio de éstos, se requiera solo de un espacio con ciertas dimensiones, mesas y sillas, pero a medida que la obra se acerca al estreno, se necesitará integrar los elementos escenográficos, de utilería y de vestuario.
La producción ejecutiva deberá estar presente en las juntas con el equipo creativo, tomar en cuenta las peticiones que se hagan y se encargará de conseguir todo lo necesario, administrando los recursos económicos y humanos para que todo esté listo en tiempo y forma.
Para lograr lo anterior, la producción ejecutiva debe ocuparse de llevar un control muy preciso del presupuesto y que éste sirva para cubrir todas las necesidades artísticas del proyecto.
Por ello, su presencia en las juntas de diseño es siempre necesaria, así tendrá conocimiento de qué se pretende lograr, el efecto que se persigue, o la sensación que se desea alcanzar y buscará los medios para lograrlos con el presupuesto del que se disponga.
Se abre el telón
Una vez que el equipo está listo para estrenar comienza la segunda parte del trabajo de la producción ejecutiva, que consiste en asegurarse que a lo largo de la temporada el espectáculo cuente con lo necesario.
Esto va desde coordinar la lavandería del vestuario, hasta encargarse de que los invitados reciban sus cortesías.
Un aspecto importante durante una temporada para la producción ejecutiva es identificar los consumibles, es decir, aquellos elementos que se usan en la función y se deben reponer para la siguiente presentación, como el gas para las máquinas de humo, los cigarros, comida, flores, etcétera.
Durante este periodo, la producción ejecutiva también se encarga de supervisar la taquilla y asegurarse que tanto el equipo creativo como quienes actúan o asisten a las funciones reciban sus pagos en los momentos estipulados.
Una vez que se termina la temporada la producción ejecutiva coordina las labores de post producción.
Si la producción pretende volver a presentarse en otro espacio, o bien, se irá de gira, se debe desalojar el teatro y coordinar la mudanza, asegurándose que todos los objetos, muebles, vestuarios, pelucas, etcétera, vayan bien asegurados e identificados.
Asimismo, la producción ejecutiva se encarga de llevar los planos que servirán para colocar la escenografía e iluminación en el nuevo espacio.
Si la obra llega a su fin, la producción ejecutiva se encarga de coordinar el destino final de los elementos.
Dependiendo de los convenios que se hayan establecido, algunos elementos se llevan a las bodegas de distintas instituciones, o bien, a las de la compañía si cuenta con ellas.
