Isaac Medina Rodríguez

Isaac Medina Rodríguez

Aprendió a no claudicar ante las adversidades

Isaac Medina Rodríguez
Aprendió a no claudicar ante las adversidades

Más fortalecido que nunca se siente Isaac Medina Rodríguez, quien concluye su bachillerato con promedio de 10 y la convicción de que ingresar a la carrera de Medicina lo obliga a seguir preparándose intensamente, a no rendirse ante las adversidades, porque su deseo es servir a la sociedad y ser útil a un país que, asegura, “requiere de una juventud comprometida y, si es universitaria, mucho mejor”.

Por eso, reconoce, su desafío actual es seguir apostando por la formación integral que le dio el Colegio, lo que lo compromete a seguir cultivando la literatura, a mantener su cuerpo y mente sanos, a través del basquetbol, el box, el atletismo, el ajedrez y la práctica de un instrumento musical, además de otros idiomas, como aprendió a hacerlo en el CCH.

Y es que para Isaac, el Modelo Educativo del Colegio sienta las bases para que las y los estudiantes sean autodidactas y autónomos, a ello, reconoce, se debe sumar el apoyo familiar, pero también el compromiso del estudiante, ser constante y responsable para sobresalir, “no por competencia, sino porque con preparación permanente se pueden potenciar nuestras habilidades y capacidades, las cuales fueron explotadas en esta etapa pandémica que nos alejó del contacto social y de la escuela”.

En este periodo, la UNAM y el CCH brindaron un fuerte respaldo y las herramientas “para que siguieramos creciendo como estudiantes, haciendo que la pandemia no fuera pretexto para distraernos o para no hacer un mayor esfuerzo, sino para prepararnos y afrontar retos difíciles para el aprendizaje y para la sobrevivencia”.

“Como humanos tenemos la capacidad adaptativa a cualquier circunstancia, lo que me motivó a superarme, a valorar el tiempo y la convivencia familiar, por eso la pandemia no fue un distractor ni una tragedia, sino simplemente la oportunidad de crecer como estudiante y como persona”, afirma el joven, quien durante el encierro siguió practicando inglés, francés, alemán y ruso.

Con todo y el confinamiento, insiste, “tuvimos las herramientas didácticas y académicas para seguir respondiendo al llamado universitario de no detenernos en nuestro aprendizaje”.

Por eso, aunque para algunos esta pandemia fue un impedimento para continuar con su vida, “para mí fue la oportunidad de la autosuperación, para adquirir novedosos aprendizajes; por ejemplo, manejar plataformas educativas dispuestas por la UNAM para seguir con las clases, vía remota”, incluso para ahorrarse tiempo en el transporte y en el gasto para sus alimentos.

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