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Presentan “La pintura rupestre en México”

En la conferencia se exploró el papel de la mujer en la Historia de la humanidad

Presentan “La pintura rupestre en México”
En la conferencia se exploró el papel de la mujer en la Historia de la humanidad

Dentro de las actividades de la 6ª Jornada por la Igualdad de Género, en el plantel Sur, la historiadora Irma Curiel Rosas presentó su ponencia “La pintura rupestre en México”, la cual sirvió como punto de referencia para abordar el tema de la situación de la mujer en la Historia.

En la Sala Gama, la historiadora mostró una pintura rupestre de hace 7,500 años y junto con el grupo asistente a la conferencia, se identificaron detalles, se analizó y reflexionó acerca del lugar de la mujer en esa pintura. Después, se observaron más imágenes y esculturas, donde relució la leyenda del nahual y se le identificó como parte de la cultura de nuestros ancestros.

En la charla, la docente resaltó que visibilizar el sometimiento de la mujer fue motivo de lucha en los siglos XIX y XX, pero que en la actualidad es un tema “que no vemos, está invisibilizado; quienes no han realizado una introspección y análisis profundo en relación a este constructo femenino, no lo identifican y consideran que todo está bien y ése es el principal problema”.

La académica explicó que dentro de las propuestas que retoman las feministas está la división sexual del trabajo, la cual señala que en todas las sociedades, desde el origen de la humanidad hasta nuestros días, la mujer ha asumido roles impuestos que marcan una diferencia, ya que en ellos radica la subordinación femenina.

“Esta división sexual del trabajo es la que en todas las sociedades ha hecho un constructo femenino en las actividades y funciones de las mujeres, que tienen como principal actividad cumplir con una función biológica: procrear; sin embargo, ése no es problema, sino que esta procreación se eterniza y se convierte en el motivo fundamental femenino y de ahí la sociedad empieza a estructurar una serie de criterios, de paradigmas en lo político económico y social, donde nosotras como mujeres, entramos en desventaja”, explicó.

La profesora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán recordó que Simone de Beauvoir, en su tesis: “una mujer no nace como mujer, se hace mujer”, refirió que la cultura esculpe y establece paradigmas de cómo debe ser la mujer y el gran descubrimiento de cómo ser; “esto beneficia la organización patriarcal, que se articula con el modo de producción y entonces las desigualdades se van a profundizar”.

 

Persisten las Desigualdades

Por otra parte, dijo que la feminista Elsa Muñiz asegura que las desigualdades de hombres y mujeres han existido desde el origen de la humanidad, desde la prehistoria y perviven en la actualidad: “esta desigualdad se basa en líneas de larga duración y es la manera de legitimar, de crear discursos falsos, ficticios, pero que se convierten en reales, porque la sociedad así funciona”, remarcó Curiel.

La ponente expuso que en cada periodo histórico se transforman los argumentos de la supremacía masculina y la inferioridad femenina como un elemento de dominio, de sometimiento, aunado a que cada periodo histórico legitimará este acuerdo conforme a su modo de producción.

“Estamos en un momento importante en 2025, en un lapso para la reflexión. Si queremos seguir de esta manera o queremos cambios, la recomendación es que haya grupos de nuevas masculinidades, donde esta nueva forma de construirnos incluye tanto a hombres como a mujeres. La situación en México se ha visto muy muy grave, hay que tomar en cuenta que en nuestro país fue donde se gestó el término de feminicidio en el mundo”, resaltó.

Por último, comentó que los estudios de género no responden a una moda, por lo que deben tomarse con seriedad: “hemos tenido presión internacional para que en México le bajemos a la violencia y se logrará en el momento en que podamos internalizar cómo estamos construidos como mujeres y como hombres y qué tipo de relación es la que queremos: de violencia o desigualdad, de cordialidad, de amor, de empatía,en donde nos podamos reconocer como seres humanos que pensamos y sentimos. La pintura rupestre nos dice mucho, es un reflejo de lo que los hombres y mujeres de aquel entonces nos muestran”. 

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