En el marco de la conmemoración del 25N y con el propósito de reflexionar sobre los feminicidios en México, el pasado 23 de noviembre se presentó El invencible verano de Liliana, una narrativa testimonial que busca justicia por el feminicidio en un país como el nuestro, en el que la violencia contra las mujeres ha ido en aumento.
Dicho conversatorio de la obra de la tamaulipeca Cristina Rivera Garza habló sobre la trama, la cual resalta la importancia de los testimonios como un recurso narrativo, así como la reconstrucción de la vida de una joven a través de cartas, recuerdos y miradas que permiten retratar a los personajes.
La obra de Cristina versa sobre el asesinato de su hermana Liliana, de tan sólo 20 años y estudiante de arquitectura, así como del extravío de expediente judicial y la falta de justicia.
Al respecto, se habló sobre el 25 de noviembre como una fecha muy importante en el calendario, ya que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Este día tiene como objetivo crear conciencia sobre la violencia de género y promover acciones para su erradicación.
La elección del 25 de noviembre para realizar esta conmemoración no es casualidad. Fue en esta misma fecha, pero de 1960, cuando las Hermanas Mirabal, conocidas como “Las Mariposas”, fueron brutalmente asesinadas en República Dominicana por oponerse a la dictadura de Rafael Trujillo. Este suceso trágico marcó un punto de inflexión en la lucha por los derechos de las mujeres y se convirtió en un símbolo de resistencia y valentía.
La violencia contra la mujer es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se manifiesta de diferentes formas, ya sea a través de maltrato físico, psicológico, sexual o económico. Es una violación de los derechos humanos y una forma de discriminación que perpetúa desigualdades de género.
En este sentido, es fundamental que toda la sociedad se involucre en la erradicación de esta violencia. No es sólo un problema de las mujeres, sino de toda la humanidad. Es necesario promover una educación en igualdad desde edades tempranas, que fomente el respeto y la tolerancia entre géneros. También es clave que los gobiernos implementen políticas públicas efectivas, que garanticen la protección y el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia.