El mundo laboral es una selva de competencia, política y traiciones; también es el punto de lucha de las clases sociales y de convivio entre la burguesía y el proletariado. Recursos humanos explora dicho espacio e intenta profundizar en el hombre común sucumbiendo al sistema capitalista neoliberal, a tal punto de perder su propia humanidad.
La historia sigue a Gabriel Lynch (Pedro de Tavira), quien busca ganar la vacante como Gerente de Impresiones dentro de su empresa, sin embargo, es desplazado cuando los dueños de la empresa contratan a un familiar directo. Ante la injusticia, Gabriel sucumbe mentalmente poco a poco en contra del nuevo gerente, mientras otros personajes de la oficina se mezclan en la historia.
La alegoría y el subtexto basado en la lucha de clases es más que evidente y queda muy marcado para el resto de la película, sin embargo, la historia de Gabriel parece ser la del sistema conquistando a un rezagado social, resentido y que lo orilla no sólo a jugar bajo las reglas del juego, sino a llevarlo al límite.
En algún momento, Gabriel adquiere un puesto importante y aunque el personaje nunca lo cuestiona, el director siembra la duda en el espectador: ¿será feliz a partir de ahora?, ¿sigue siendo un hombre recibiendo ordenes de incompetentes?, ¿hasta dónde va a llegar su moral? Por más que suba de puesto, sigue siendo un rezagado.
En momentos, Recursos humanos se siente demasiado viciada en su pretensión, tal vez porque no la vi en el momento correcto. Charlando con otras personas, descubro poco a poco su valor, que si bien siento aún incompleto y poco contundente, lo veo más claro.
La historia de Gabriel Lynch es la de un personaje resentido que se siente en una guerra sin cuartel, que cree que puede desmontar el neoliberalismo a través de la anarquía. Sin embargo, termina sucumbiendo al sistema, lo desafía pero no para vencer a favor del proletariado, si no para alcanzar sus propios objetivos, ser parte del sistema y ascender en el escalafón social y laboral.
Recursos humanos es una película difícil en muchos aspectos, el texto y el subtexto reta al espectador, no es claro; visualmente, los emplazamientos son complejos y muy diferentes a los que cualquier película utiliza. El humor es muy retorcido y es difícil disfrutarlo y dejarte llevar por él.
Si bien, como espectador y crítico aún no logro definir qué tanto entiendo de las intenciones del director, el filme es una experiencia retadora, nueva y vale la pena darle un vistazo, pero predisponiéndote a que no vamos a ver una historia bella o de superación, sino una de odio, odio a uno mismo, al amor, a la sociedad, al sistema, al trabajo, a lo que nos convierten... Dudas y sugerencias a: luis@cchfilmfest.com
