La igualdad, otra lucha en el deporte

Educación física

Es otro terreno en el que ha sido constante y difícil la batalla

Educación física
Es otro terreno en el que ha sido constante y difícil la batalla

El deporte ha sido otra área en la que la mujer ha tenido que ganar terreno, pues desde la niñez nos educan con los roles de género: al niño le dan un balón para jugar en un espacio amplio y a las niñas una muñeca que limita su motricidad, criticó María Esther Izquierdo Alarcón, docente de Educación Física del plantel Vallejo, al participar en las actividades realizadas en marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer.

La igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de todas las personas, y que todas y todos tenemos derecho al deporte, puntualizó al destacar que el deporte, además de un derecho, es una oportunidad de sentir confianza y bienestar, reconocer los alcances, empoderarse y sentir que somos capaces de estar alegres y listos para aprender a amarnos.

Mencionó varios aspectos de la época clásica, donde los griegos mantenían la mente sana en un cuerpo sano; pero, las mujeres hacían actividad física para mantener la salud y un cuerpo estético, aun cuando gestaban. También que las espartanas se preparaban para la milicia, al igual que los varones. Las mujeres atenienses podían hacer actividades físicas, pero, al surgir los Juegos Olímpicos, se negó su participación en ellos.

En la Edad Media, bajo la hegemonía de la Iglesia, el cuerpo era considerado un pecado, se debía someter todo tipo de pasiones, deseos y sentimientos, así que se practicaba ajedrez, pelota, atrapadas, escondidillas, baile y cacería o eran acompañantes de torneos y actividades caballerescas para los nobles; en tanto que las brujas -alquimistas, naturistas, herbolarias y astrónomas- tenían sus aquelarres, bailes de frenesí y alta expresividad corpórea, recordó.

Hacia 1884 se creó el Comité para la Propagación de los Ejercicios Físicos en la Educación, y en 1894 se instauraron los Juegos Olímpicos modernos gracias al barón Pierre de Cubertin, quien consideró a la mujer no apta para participar en ellos, por ser una condición aberrante y contraria a la salud pública.

Algunas mujeres emblemáticas del deporte son: Kathrine Switzer, quien en 1967 corrió en la maratón de Boston; Alice Milliat, la voz incómoda, practicante de atletismo y canotaje, quien fue la primera presidenta de una federación femenina deportiva; Charlotte Cooper, tenista pentaganadora de títulos en Wimbledon, y Enriqueta Basilio, primera mujer en encender el pebetero de los Juegos Olímpicos de 1968. 

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