Edipo Rey

Su imagen es de las más idealizadas en las artes escénicas

Teatro Isla de Próspero

Su imagen es de las más idealizadas en las artes escénicas
Teatro Isla de Próspero

Uno de los ámbitos humanos que ha retratado la literatura con mayor frecuencia es el familiar. Esto no es de sorprenderse si reflexionamos en la cantidad de tiempo que necesitamos las personas para nuestro desarrollo y maduración, y, aun habiéndola obtenido, la familia resulta ser un paradigma de por vida, que se traduce en fuente ideológica y de conducta. 

Dentro de este núcleo, la madre es de los integrantes con mayor presencia. La literatura dramática ha dejado en claro este aspecto y ha reflejado innumerables personajes con esta función. Conviene, pues, que destaquemos algunos de ellos.

Es de resaltar que la figura materna se trata de las más idealizadas: su construcción social es más bien un concepto que una observación. De ahí que convenga recordar lo que Eric Bentley señaló: que una tragedia trata de cómo una familia se destruye. Esto servirá de advertencia, pues la visión de los autores dramáticos no ha sido para nada complaciente.

Mencionemos, en primer término, a las madres que funcionan como abstracción de conductas o símbolo dentro de obras que operan con mecanismos casuales: Madre Coraje es una comerciante que recorre las zonas de guerra con su carreta y sus hijos; en la obra vemos cómo impondrá su impulso económico antes que la vida de los suyos, de modo que al final los habrá perdido a todos, menos a la carreta de mercancías. Medea, por otro lado, se ve motivada por la necesidad de hacerse presente en la vida de Jasón, y al no ser posible, decide ejecutar a los hijos que concibió con él. 

Ni Madre Coraje ni Medea pueden leerse en una dimensión de complejidad realista, pues mientras una se presenta como una sola línea conductual que servirá para inducir una reflexión social, la otra más bien simboliza —en un campo espiritual— una voz interna que, si no es escuchada, se manifestará en su aspecto destructor.

Por otro lado, tenemos a los personajes maternos que operan en una dimensión humana, dentro de obras con mecanismos de causalidad: Yocasta (de Edipo Rey), Gertrudis (de Hamlet), Elena Alving (de Espectros) y Nora (de Casa de muñecas). La función dramática de estos personajes se mostrará en relación al conflicto que poseen con sus hijos.

Yocasta es madre de Edipo, pero también es compañera de su lecho y madre de sus hijos: este descubrimiento es el detonante de su suicidio y el rasgo que la conduce durante la obra es la negación de los hechos. Gertrudis, muy parecida en funciones que Yocasta, es madre de Hamlet: un príncipe que recién acaba de perder a su padre y del que se ha propuesto vengarlo. Ella no se detiene en lamentos, pues desposa al hermano del difunto marido: el asesino. El problema es que Hamlet no perdonará a su madre el haber rehecho su vida, menos bajo las condiciones que la rodean.

Elena Alving, madre de Oswaldo, está sorprendida de tenerlo de regreso, después de una larga estancia fuera de casa. El conflicto es que ella tuvo una razón para mantenerlo alejado su marido, el fallecido capitán Alving, tenía sífilis a raíz de sus constantes “diversiones”, característica que ella trató de ocultar al hijo; no obstante, Oswaldo ya está contagiado. Al final, Elena tendrá a un hijo en brazos que desvaría y que pide a gritos le inyecten una alta dosis de morfina.

Todos estos personajes poseen una constante: su condición de madre está en estrecha relación con la pérdida física de sus hijos. Nora, por lo contrario, opera con un matiz. Ella ha mantenido la figura de madre y esposa ejemplar a costa de su propia existencia. De modo que, al darse cuenta del engaño en que ha vivido, decide abandonar a su familia. Permanecer con sus hijos equivaldría a su destrucción como ser humano; renunciar a ellos significa el dominio de su vida. Ella hace lo que en la naturaleza sucede. Mientras los seres humanos extendemos la infancia para seguir apegados al nido materno, otras especies, como las tortugas, abandonan a sus hijos para sobrevivir. La destrucción, pues, está en el ideal.

Teatro Isla de Próspero fue gestado por Olivia Barrera y yo. Síguenos en Instagram: @isladeprospero, en Facebook: @teatro.isladeprospero o escríbenos a teatro.isladeprospero@gmail.com. 

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