Con un buen ambiente, una presencia notable y animada, la comunidad estudiantil disfrutó las actividades del Segundo Festival Cultural del CCH, el cual arrancó con un concierto de rock con la presencia de distintas bandas como El gran cocodrilo, Tordo, Trío Nico Maroto y Mafia Soul, las cuales pusieron el ambiente para esta celebración.
Entre otras tareas, el objetivo del Festival ha sido el fomento a la lectura, con la presencia de autores reconocidos nacionalmente, además de espectáculos culturales como el Arte del canto, con la participación de integrantes del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Durante la semana de actividades dedicada a las y los estudiantes, se contó con la sensibilidad poética en el Maratón de poesía en voz alta, espacio dedicado a la lectura de autores reconocidos nacional e internacionalmente, además de inspiraciones propias de cecehacheros, quienes manifestaron su sentir por la vida, el amor, el desamor, la esperanza, la paz, la equidad y la igualdad.
También se presentaron agrupaciones dancísticas mixta, polinesia, árabe, moderna, guitarristas y cantantes, quienes deleitaron con sus interpretaciones a un público juvenil, que se acercó a otra manifestación artística.
Voces e imágenes de la disidencia
Voces, relatos e imágenes de protesta y cambio social estuvieron presentes con el Taller del Centro Cultural Universitario Tlatelolco con el Programa Memorial Ambulante “Octubre dos. Historias del movimiento”.
Junto a fotos de diversas manifestaciones, se proporcionaron explicaciones sobre conceptos como autoritarismo, represión, estereotipos o normatividades, o de sucesos como el de Ayotzinapa, para crear conciencia sobre estos temas, así como para entablar un diálogo con las y los asistentes.
Además, se regalaron stickers, separadores y libros, y el estudiantado tuvo la oportunidad de plasmar sus ideas, sentimientos, denuncias y convicciones en carteles sobre aspectos de la vida comunitaria como las injusticias, machismo, situaciones de violencia o sobre las crisis económicas y sociales.
Dentro del festival también se presentaron diversas obras teatrales, como las montadas por la compañía de Teatro Isla de Próspero. En esta ocasión fue una tetralogía basada en la influencia que tiene un pequeño pez en la vida de diversos personajes. De este modo, las historias se encadenan hacia el pasado en las pequeñas obras “Las luces desaparecidas”, “El salto del pez Betta”, “La ascensión de la cabra” y “El Sol de fantasía”.