Caso Rushdie: libertad y censura

Caso Rushdie: libertad y censura

Piden enfrentar desinformación e intolerancia

Caso Rushdie: libertad y censura
Piden enfrentar desinformación e intolerancia

“La literatura es un campo de libertad que tiene que ver con el disentimiento, la crítica, pero jamás con la violencia y mucho menos con la cobardía con la que se hizo este horrible atentado”, expresó Anel Pérez, directora de Literatura y Fomento a la Lectura de la UNAM, en la charla virtual “Caso Rushdie: libertad y censura”, organizada con motivo del atentado que sufrió el escritor de origen indio Salman Rushdie el 12 de agosto en la ciudad de Nueva York.

Acompañada por la académica Aurora Piñeiro Carballeda, el periodista Gastón García Marinozzi y el docente Pedro Ángel Palou, Pérez subrayó que es un caso que debe importarnos, “no sólo en México, en la cultura mexicana, sino especialmente en la UNAM, porque aquí, en las universidades, es donde construimos y fundamentalmente creamos lectores, también estudiantes, con la intención de que sean críticos y participativos”.

Para enfrentar la intolerancia y la desinformación necesitamos revisar estos casos, analizarlos y discutirlos de la mano de especialistas, consideró la ponente, quien recordó que el escritor es una figura emblemática, una especie de paradigma de la libertad de expresión no sólo porque es un autor muy talentoso, sino porque también es defensor de las libertades.

La literatura y la escritura son un campo de resistencia, de compromiso y de libertad, abundó la experta.

En su oportunidad, Aurora Piñeiro recordó que para el propio Rushdie, la literatura ha intentado abrir el universo, aumentar, aunque sea sólo un poco, la zona total de lo que para los seres humanos es posible percibir, comprender y, por tanto, en último extremo, ser. 

“La gran literatura llega hasta los lindes de lo conocido y empuja los límites del lenguaje, la forma y la posibilidad para crear la sensación de que el mundo es más grande, más amplio que antes”, agregó Piñeiro, para quien, “estas líneas resumen en gran medida lo que Rushdie ha intentado hacer a través de su obra”.

La especialista en literatura inglesa destacó también el buen sentido del humor del autor de Los versos satánicos, “la ironía, como estrategia de escritura es una manera de acercarse al mundo, de escapar de los fundamentalismos”. Y subrayó que ante este contexto de violencia contra las letras, es un buen momento para difundir y promover la obra de Rushdie, que consta de 14 novelas, 12 volúmenes ensayísticos, una colección de cuentos, entre mucho más.

Por su parte, Gastón García Marinozzi, periodista y gestor cultural, enumeró tres aspectos que considera importantes de analizar: la vida de Rushdie en riesgo; la concreción de la amenaza, que ya había llegado también a traductores y editores, y el hecho de que el atacante no había incluso nacido cuando se declaró la fatua contra el escritor.

Y agregó, “hay una generación, un clima de época terrible, casi le llamaría fascismo identitario, con el que toda definición y visión del mundo es del grupo al que yo pertenezco. Ese grupo es el que genera estos peligros de odio y discriminación. El extremo de esto es el fundamentalismo y los asesinatos”.

En este sentido, “la gran lección del escritor es que la imaginación siempre acabará triunfando contra cualquier censura, cárcel o amenaza, la imaginación es la libertad absoluta que nos da la vida”.

Pedro Ángel Palou, lingüista y quien presentó a Salman Rushdie en la FIL de Guadalajara, en 2015, señaló que impresionan tres aspectos en el caso del escritor: no había seguridad en el lugar, que no hay otro escritor con este grado de censura y que fue un acto de coraje el que haya decidido vivir una vida normal. Además, destacó la relación que el autor de Harún y el mar de las historias tiene con México al apoyar a otros escritores.

Sobre los elementos fundamentales de la ecuación Rushdie, el académico indicó que “debemos ser absolutamente libres para decir lo que queramos decir, desde donde lo queramos decir sabiendo con responsabilidad que podemos ofender”. 

Para finalizar, dijo que es un buen momento para leer a Rushdie, como ya lo hacen en plazas públicas de distintas ciudades en el mundo. Sería una manifestación de apoyo a la libertad, consideró. 

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