De educación virtual y de educación presencial. Ese fue el tema expuesto por Paulina Torres Aguilar durante la Jornada Académica Experiencias en las Clases en Línea y el Uso de las Nuevas Tecnologías, en el que se refirió a la brecha digital como uno de los mayores problemas actuales y que está marcado por la desigualdad en el desarrollo de las TIC en la sociedad.
La pedagoga consideró este diálogo muy necesario: “Creo que sólo de esa manera podemos construir procesos a los que se nos está obligando a partir de las circunstancias actuales”.
Asimismo, señaló: “Me parece importante recuperar estas diferencias conceptuales, pues nos movemos en el terreno de la incertidumbre cuando utilizamos las TIC, como se define a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que actualmente han transitado desde una perspectiva nacional o local a las TICADD, que son las Tecnologías de la Información, Comunicación, Conocimiento y Aprendizajes digitales”.
Y enfatizó: “Una cosa es la educación en línea, otra muy distinta la educación virtual y es diferente a la educación a distancia”, explicó la estudiante de doctorado en los procesos educativos en la UPN, “estamos frente a algo completamente emergente, distinto a estas modalidades, la educación en línea en general es aquella que está mediada por la tecnología, una de sus principales características es que se realiza de manera síncrona, como lo hacemos ustedes y yo en este momento, al mismo tiempo en distintos espacios, mediados por algún elemento tecnológico como una tablet, una computadora de escritorio, una laptop o un dispositivo móvil como el celular”.
En cuanto a la educación virtual, remarcó, tiene una característica muy particular: “Necesita de un dispositivo obligatorio como computadora o tableta, la conexión a internet y una plataforma multimedia, esta es una distinción importante, específica, para gestionar un aula virtual, puede funcionar de manera asíncrona, es decir, puedo hacer alguna cápsula o clase virtual, pero no necesariamente los estudiantes o quienes están del otro lado tienen que estar de manera síncrona conmigo, se puede recurrir a tiempos diferenciados”.
En cuanto a la educación a distancia, especificó, “quizá es una de las formas en las cuales se podría llegar a pensar o visualizar escenarios prospectivos de lo que le espera a esta educación en México, incluso la básica (preescolar, primaria y secundaria). Esta modalidad puede realizarse con un porcentaje en presencial y otro en virtualidad, dependiendo de la institución que la imparta. Lo estudiantes pueden tener gestión o control sobre este ritmo de aprendizaje. También el docente puede pautar otro tipo de mecanismos, a partir de que unos días pueden ir, otros no”.
También afirmó que ahora se habla mucho de la educación híbrida, es una experiencia que ya tenía México desde hace mucho tiempo. “La UNAM fue pionera de ello, también en la Universidad Pedagógica Nacional y otras tantas instituciones educativas como la Universidad Veracruzana, la Universidad de Guadalajara; hay muchos ejemplos de esta modalidad, que se empezó a dar desde la década de los años setenta del siglo pasado”.
La pandemia puso de relieve en la agenda educativa nacional el tema virtual en México. Instituciones como el CCH tienen una labor muy importante para documentar todo lo que pasó durante esta emergencia y que seguirá ocurriendo al transitar en los escenarios productivos de la educación”, señaló.
