bioética

Debe abarcar mucho más que seres vivos

Se interesa en la salud de todo en el planeta

Debe abarcar mucho más que seres vivos
Se interesa en la salud de todo en el planeta

La bioética es una disciplina que va más allá de la medicina y aunque su concepto fundamental sea la vida, no puede abarcar sólo a los seres vivos, debe ir mucho más allá de su propio nombre para abarcar todo aquello que, sin estar vivo, sustenta la existencia, por ejemplo, el agua, el aire, la tierra misma, aseguró la doctora Paulina Rivero Weber.

En la conferencia magistral “Bioética”, que ofreció en el marco de la Jornada de Filosofía del Colegio, Rivero hizo un recuento del origen y evolución de esa rama, la cual, sostuvo, tiene que hacerse más cercana a la ética ecológica y preocuparse no sólo por las plantas y los animales, sino por todo aquello que permite la vida.

La filósofa relató que el concepto surgió en 1927 en el pensamiento de un pastor protestante llamado Fritz Jahr, cuya preocupación es la relación que establece el hombre con las plantas, los animales y en general con nuestro entorno, para proclamar que hacía falta un nuevo saber que nos oriente sobre cómo tratar los nichos ecológicos.

Más adelante, dijo, Van Rensselaer Potter entendió la bioética no como un simple saber teórico, sino como fuente de un tipo de sabiduría que, como tal, nos ofrece pautas generales que indican cómo hacer un uso racional de la gran cantidad de conocimiento acumulado por las diversas especialidades del saber.

Lo importante no es quién acuña el término, sino que a ambos les preocupa la salud de todo el planeta, la biodiversidad, desde una mirada que no es antropocéntrica, concibiendo a la vida como el concepto fundamental de la bioética, pero no sólo relacionada con los seres vivos, lo cual es una idea compleja que hay que tomar muy en serio, pues habla de una corresponsabilidad coevolutiva.

Entonces, hay que dar un paso atrás y ver lo que hay en nuestro entorno y permitirle ser; la bioética, aseguró, está en un momento en el que el propio término ya se queda corto, pero no es sólo un asunto de ética hacia la vida o hacia todo lo vivo, sino a todo lo que aún sin estar vivo, sustenta la vida, los hábitats, nichos ecológicos, etc.

Por eso, expuso, lo que ella propone no es cambiarle de nombre a la bioética, “sino que cobremos conciencia de que debe acercarse cada vez más a las éticas ecológicas, y creo que muchas personas han hecho bioética en ese sentido, pero muchas otras no”.

Recordó que, aunque debería ser obvio, en la práctica el comportamiento bioético tiene como regla de oro no dañar al otro; su cualidad fundamental es el laicismo, porque de otra forma sólo son conductas que justifican dogmas de origen católico o protestante, pero no es bioética.

Los seres humanos le hemos hecho mucho daño al planeta, a los animales, las plantas y la ecología, ahora todos que ayudemos a resolver el problema.

Rivero Weber había iniciado su charla marcando la diferencia entre la moral y la ética, donde la primera se manifiesta en normas propuestas por el mundo cotidiano, por lo cual no se cuestiona; en tanto que la ética identifica valores y normas que permiten la convivencia entre personas o grupos de diferentes morales.

Al final, contestó algunas preguntas en torno a los ejemplos de lo que es moral y ético en los alumnos del Colegio, y respecto al hecho de rechazar el consumo de carne, por tratarse de algo que devasta al planeta, y por la cantidad de agua que requiere la ganadería.

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