Con tan solo 27 años, Dania Padilla es una jugadora profesional del Club Universidad Nacional, los Pumas. Su carrera profesional comenzó en el Apertura 2017, desde inicios de la Liga MX Femenil, con el equipo UNAM.
La mediocampista es una de las pioneras que construyeron los cimientos del camino para futuras jugadoras. Con su trayectoria pasó a ser emblema de la institución. Dania Padilla es una guerrera que siempre sale adelante, destaca el gusto que tiene por aprender y su meta de preparar y enseñarles todo lo aprendido a las futuras generaciones.
Llegar a Pumas no fue sencillo, hasta los 13 años estuvo jugando con niños. Después, tuvo la oportunidad de asistir a un pequeño equipo conformado por niñas: Andrea’s Soccer. Allí conoció a chicas y a entrenadores. Cuando llegó el momento de madurar, cambió su enfoque y se vio en la necesidad de priorizar los estudios.
Tuvo que decidir a lo que se dedicaría profesionalmente, construir objetivos para egresar con éxito de la carrera que eligió: Matemáticas Aplicadas a la Computación, y estructurar el proyecto de vida que debía seguir.
Antes de ingresar a la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, buscó acreditar de la mejor manera posible el examen de ingreso. Grata fue la noticia cuando se enteró de su inicio a la carrera: “me sentí orgullosa”. Durante su tiempo como estudiante, encontró apoyo y agradeció a todas aquellas con las que interactuó y estaban circunscritas a su contexto académico.
Recordó que para practicar fútbol, en una ocasión tuvo que hablar con la jefatura para que la dejaran jugar con los hombres en un torneo de fútbol rápido. No era habitual que una chica jugara en un equipo de hombres. Además, el grupo estaba conformado por alumnos de tercer semestre, por lo que fue una sorpresa increíble que, siendo tan jóvenes, pudieran ganar el torneo.
La atleta reconoció que la madurez y carácter le han permitido vencer obstáculos; además, “el aprendizaje pragmático nos ayuda a mejorar nuestro proceso de enseñanza en la orientación o hasta en la guía del camino de las chicas que están en la Sub-17, Sub-19, Sub-15”.
Ella sabe que no hay camino sencillo para la profesionalización en el deporte, pero vale la pena, por lo que se sintió agradecida cuando pisó la cancha de Ciudad Universitaria: “Antes solo era un sueño. La sensación de estar en el centro del estadio, mirar los alrededores, es algo que solamente pude imaginar cuando era niña”.
En la actualidad sigue cumpliendo sus sueños, cada vez más cercanos, cada vez más palpables y accesibles. Ahora busca obtener un campeonato: “quiero levantar el trofeo. Ser un ejemplo a seguir para ustedes y que, al igual que yo, se apasionen por el deporte”.
