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El 18 de enero se conmemoró su aniversario luctuoso

Su obra va más allá de la Biblioteca Central en CU, dijo Dafne Cruz Porchini

El 18 de enero se conmemoró su aniversario luctuoso
Su obra va más allá de la Biblioteca Central en CU, dijo Dafne Cruz Porchini

Su transición y aportaciones vanguardistas a la pintura y a la arquitectura hicieron a Juan O’Gorman (1905-1982) un artista completo: su experimentación en diversas técnicas plásticas, óleo, con caballete, monumental, así como sus edificaciones arquitectónicas, además de escritos y teorías propias, lo colocan como una figura señera del arte mexicano.

Así lo considera Dafne Cruz Porchini, doctora en Historia del Arte e investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM, a propósito del 43 aniversario luctuoso (18 de enero), de quien fuera egresado de la Antigua Academia de San Carlos.

“Es una figura clave dentro de la historia del arte y también de nuestro país, precisamente por las propuestas que encabezó, que eran de vanguardia, como el primero en México que postuló y llevó a la práctica la corriente de la arquitectura funcional (donde se antepone la función a la forma)”, describió.

Sus aportaciones van más allá del emblemático mural de la Biblioteca Central con el que fue “muy cuidadoso y puntilloso en búsqueda de las piedras de colores que también son las técnicas en mosaico”, y del cual se sentía sumamente orgulloso, comenta.

“También teorizó mucho de lo que debería de ser el arte y la llamada integración plástica, es una de las facetas de las que casi no se hace un abordaje”, agrega.

En 1937-38 realiza su primera gran obra: los murales del viejo aeropuerto, parcialmente destruidos; en 1941, la que quizá de más aliento en el género, fue la decoración de la biblioteca Gertrudis Bocanegra (antes de San Agustín), en Pátzcuaro; y en 1950-51, los citados mosaicos de la Ciudad Universitaria.

Después vendría el Retablo de la Independencia en el Castillo de Chapultepec (1960-61); el del IMSS en la Unidad Independencia de San Jerónimo (1963); el del Banco Internacional en Paseo de la Reforma (1965); y el de la Sala de la Revolución en Chapultepec (1968-69), por ejemplo.

Por supuesto sin olvidar su participación junto con otros artistas en los murales del antiguo Centro SCOP de Xola y Eje Central, a mediados del siglo XX. 

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