Araceli Padilla Rubio

Araceli Padilla Rubio, Cátedra Ignacio García Téllez

La profesora está muy feliz y comprometida con la distinción

Araceli Padilla Rubio, Cátedra Ignacio García Téllez
La profesora está muy feliz y comprometida con la distinción

“Me proporciona alegría tener la oportunidad de disfrutar por primera vez una Cátedra Especial y asumir el compromiso; me he documentado para conocer a fondo la obra de un gran hombre en diferentes ámbitos, en la academia, la ciencia, la política, la abogacía y que asumió compromisos sociales muy importantes también”, expresó Araceli Padilla Rubio, del plantel Azcapotzalco, respecto a la distinción de la cátedra Ignacio García Téllez para cualquiera de las Áreas, que le fue otorgada.

Al participar en esta convocatoria, añadió, “sé que hay un compromiso de dar a conocer el trabajo de estas personalidades, me pareció muy atractivo e interesante conocer su vida y obra, porque este académico hizo grandes aportaciones al país. Mi objetivo es que los alumnos lo conozcan, hoy en día necesitan de buenos ejemplos, de personas que tengan una visión global, integradora”.

La profesora de Inglés, con 20 años de antigüedad como docente, recordó que al terminar su bachillerato tenía claro que le gustaba la literatura, la comunicación, la sociología, la ciencia política: “Analicé los programas de las carreras que me interesaban, por cuestiones familiares tuve la oportunidad de aprender inglés desde pequeña por mi papá, quien trabajó en Estados Unidos, y viendo la necesidad del idioma, les contrató un profesor a mis hermanos mayores, yo estaba en preescolar, pero escuchaba cómo practicaban el idioma y así me inicié, se me facilitó”.

Consideró que la fortaleza del CCH es que siempre busca avanzar, no se queda en sus problemas y circunstancias, “y eso nos compromete a todos los que laboramos en el Colegio a observar, analizar y ser creativos, buscar ser innovadores y convertir esas dificultades, incluso durante la pandemia, en oportunidades para crecer”.

Involucrada en diversos proyectos institucionales, asegura que, al ver los programas de estudio y los temas de sus cursos, piensa que todo se puede vincular con la vida de los estudiantes, desde cuestiones de salud, de vocabulario, las lecturas; hay que tratar de ir siempre adelante porque los estudiantes deben encontrar en el aula respuestas a interrogantes que les plantea la vida inmediata.

“Soy muy feliz con mi profesión y en el CCH, a los alumnos les gustan los idiomas, he de decir que no tengo problemas para motivarlos a aprender, además hay prácticas escolares para que tomen conciencia del tema de la igualdad de género; por ejemplo, les pido que me hagan un horario de todas las cosas que realizan y ahí se refleja que muchos no hacen nada, en cambio otros participan en la economía familiar.

“A veces les pido que hagan un video en el que cocinen, lo mismo, muchos no saben, pero hay que llevarlos a tomar conciencia de todo lo que hacen los demás por nosotros y que ellos lo pueden hacer si su mamá trabaja”, explicó.

La ventaja que nos dejó la pandemia, concluyó, es que los alumnos aprendieron a organizarse porque tuvieron todas sus materias, adquirieron el manejo de más herramientas, a ser creativos, se hicieron más responsables para entregar sus trabajos, asistir a sus sesiones y a exponer sus emociones.

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