Jesús Antonio García Olivera, ganador del PUN 2021

Premio nos demanda mejorar la docencia

La virtud del CCH, adaptarse a su momento histórico

Premio nos demanda mejorar la docencia
La virtud del CCH, adaptarse a su momento histórico

Desde el primer momento el Colegio de Ciencias y Humanidades lo asombró, y aún continúa haciéndolo; formarse y crecer en esta institución que la define como altamente dinámica, y responder a los retos en la enseñanza, han sido sus mayores experiencias como profesor, distintivos que le han conferido ser galardonado con el Premio Universidad Nacional 2021.

Jesús Antonio García Olivera, académico del plantel Naucalpan, con una trayectoria docente de 42 años en el Área Histórico-Social, considera que dicho galardón es un gran privilegio y una gran responsabilidad. Es un premio que no se busca, sino que se designa a través de los méritos académicos realizados; es un honor recibirlo, pues quiere decir que mi labor diaria, continua, cotidiana en el CCH ha tenido frutos, mis alumnos son el fruto principal, pero al mismo tiempo es una gran responsabilidad porque implica en lo personal y también para el Colegio, buscar siempre superarnos en diferentes condiciones.

Llega en un momento, en donde hay que pensar y repensar el modelo que seguimos para educar, comenta, “no estábamos preparados para la docencia en línea, pero a casi dos años del trabajo en esta modalidad empezamos a trabajar de una manera más fuerte, no obstante, hay que discutir estas nuevas formas al interior de las academias y plantearnos nuevos métodos, formas de evaluar, y el desarrollo de más materiales”.

En este sentido, refiere los desafíos que el docente del Colegio está llamado a afrontar en este contexto, entre ellos, la actualización en tecnología, así como el análisis sobre el impacto de la pandemia.  “Obviamente ha sido un evento que ha causado dolor, angustia, miedo,  pero hay que reflexionar y ver qué nos deja de enseñanza. Los profesores no dejamos de trabajar, y eso implicó adaptar, buscar nuevos recursos; se trata de ver no sólo el impacto en nosotros sino también como colectivo, como CCH, y lo que podemos aportar para entender, explicar y continuar la enseñanza con los alumnos”.

Además, enfatizó, es necesario una actualización no sólo en los aspectos disciplinarios, sino en las normas de convivencia, de protección civil, de todos estos elementos que a veces quedan rezagados y que son importantes que se trabajen de manera profunda y académica en el Colegio.

Al respecto, indicó que la disciplina que imparte también debe ocuparse de lo que se vive actualmente, particularmente mostrar que la pandemia, que es un evento trágico y doloroso, pasará y que la sociedad podrá superarla, “si logramos introducir estos temas daremos un aspecto fundamental de lo que es historia, no es sólo estudiar el pasado sino el presente y dar esperanza y esto nos puede ayudar en este momento”.

Añadió que la mayor experiencia en el CCH ha sido adquirir una formación e ir creciendo junto con la institución y sus cambios, y ver cuáles son las necesidades del momento de sus estudiantes, lo que habla de una institución altamente dinámica.

Y todo esto se lo demostró el Colegio desde su ingreso como profesor, “fue empezar con un asombro impresionante pero también muy enriquecedor. El asombro es una cuestión que no puede separarse del CCH, porque no se puede ver con los mismos ojos todo, hay que asombrarse ante el cambio, ante todo para poder comprenderlo”.

Es la gran virtud de esta institución, manifestó; siempre está cambiando, porque los tiempos nunca son iguales, a 50 años se ha consolidado y tiene logros impresionantes, entre ellos poder adaptarse, y de comprender el momento histórico en que está presente y actuar en consecuencia.

En este sentido, concluyó, “este premio que se ha entregado al Colegio, a través de mi persona, implica que tenemos que buscar mayores mecanismos para que nuestra docencia pueda mejorar (…) El CCH es una experiencia de vida y formativo, no es un trabajo más, sino un trabajo en el cual uno se compromete, y el compromiso principal que puede tener el docente es consigo mismo, con su formación y con sus alumnos en el salón de clase”. 

 

“Mis alumnos son el fruto principal, pero al mismo tiempo es una gran responsabilidad porque implica buscar siempre superarnos en diferentes condiciones.”

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