PROFESOR 50 AÑOS

Recomienda a sus sucesores conservar el espíritu que distingue al Colegio

Recomienda a sus sucesores conservar el espíritu que distingue al Colegio

Para el profesor Jaime Cuauhtémoc García Reyes sus 50 años de antigüedad en el CCH ha sido un viaje lleno de experiencias enriquecedoras que le han permitido convertirse en el reconocido docente que es hoy en día. En entrevista nos comparte cómo fue su experiencia a la llegada del CCH Vallejo:

“Al inicio de mi paso por el CCH recuerdo que mi primera experiencia fue el concurso que se abrió para poder ser docente, me encontraba estudiando economía y decidí participar. Durante el proceso recuerdo que los aspirantes éramos evaluados por profesores de la Facultad de Economía, por lo que las pruebas eran duras. Éramos cerca de 34 aspirantes y al final producto de un gran esfuerzo pude quedarme con un lugar dentro de Vallejo, fue ahí, al ser elegido donde comprendí que tenía una gran responsabilidad como docente”, aseguró García Reyes.

Pero la trayectoria del profesor dentro de la UNAM no sólo se ha forjado en nuestro plantel, sino también ha destacado como profesor en la Facultad de Estudios Superiores Aragón: “Yo daba clases de Historia, economía y en la ENEP Aragón, recuerdo con mucho cariño ciertas experiencias como la vez que ser profesor de ciertos alumnos de Vallejo y después nos vimos en la Facultad, a lo que me decían Ay profesor ¿Pues cuánto tiempo más nos lo vamos a encontrar? A pesar de ello para mí era grato seguir viendo su avance a través de los años”, aseguró.

Ahora tras una vida de enseñanza el profesor ha dejado una huella dentro de las aulas de Vallejo: “Dentro de mi legado he buscado que los alumnos me recuerden siempre como alguien optimista, que aprendan, que sean capaces de discutir y defender sus puntos de vista, y esto es lo que me ha permitido que lo que enseño trascienda a través del tiempo. A partir del principio del Colegio Aprender a aprender mis alumnos aprendieron y yo aprendí lo que significa ser un buen docente, concluyó.

El galardonado recomienda a las futuras generaciones de profesores que conserven el espíritu cecehachero, siempre con amplia comunicación, que sean críticos, observadores, respetuosos y que dominen los temas que están enseñando.

“Para mí el CCH ha sido una experiencia de vida imborrable, un proceso de aprendizaje, una forma de vida y una identidad para el resto de mi vida. Me he sentido cecehachero y alumno, he aprendido y me he divertido. Y lo más importante, una vez que eres cecehachero jamás dejas de serlo”, finalizó.

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