Una mancuerna básica en el CCH es la que forman profesor y alumno. Ambos, de la mano de la iniciativa, la indagación, las dudas y la búsqueda de respuestas han dado vida a proyectos que buscan resolver problemáticas de distinta índole.
Y en 50 años, cada proyecto de investigación se ha llevado a cabo bajo el triple precepto de la institución: aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser. Del gran cúmulo de investigaciones que se han llevado a efecto por docentes y estudiantes, destacan cinco de índole social, tecnológica y cultural y ecológica.
Soluciones sociales
Aspectos como la educación, los medios de comunicación, la cultura, las situaciones de los derechos del menor, juventud y sociedad, la familia revolucionaria institucional, la situación de la mujer, salud pública, desarrollo social, demandas sociales, política y distribución de recursos públicos del municipio de Nezahualcóyotl fueron analizados por estudiantes del plantel Oriente, en 1998, a fin de proponer una serie de soluciones a diversas problemáticas.
Las nueve investigaciones, que se presentaron ante autoridades de dicho municipio, formaron parte del Programa Jóvenes Hacia la Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales y fueron asesorados por el académico Mario Téllez Trejo.
Tecnología al alcance de todos
Considerado por Cable News Network (CNN) y el diario El Universal como uno de los diez inventos made in México que cambiaron el mundo, Jarro Negro busca convertirse en una distribución (Linux) que facilite el desarrollo software libre. “En México no ha tenido gran auge y creemos que puede ayudar en el área de las Tecnologías de la Información y la Comunicación”, así lo expresaba Armando Rodríguez Arguijo, exalumno del plantel Naucalpan, en 2012, al presentar dicho proyecto que surgió cuando era estudiante en dicho centro escolar.
“El sistema operativo se ha convertido en una distribución para países de habla hispana, lo cual le ha valido el reconocimiento de varias instituciones como la SEP, el IPN y la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Colombia”.
Por más oro líquido
Ante la escasez de agua potable que cada vez se acentúa más entre las poblaciones más pobres, el estudiante David Armando Silva y el profesor Justino Fernando Silva, ambos del plantel Sur, desarrollaron el proyecto Desalinizador de agua de mar, con el cual ganaron del XXIII Concurso Universitario Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación 2015, en la modalidad de diseño innovador.
“Es un prototipo que realiza la separación de sales de agua de mar para obtener agua potable. Físicamente son dos cajas de 40x40 centímetros. Dentro de ellas se lleva a cabo el fenómeno de la evaporización, del cual estudiamos los factores principales para realizarlo de manera más efectiva. Se extiende el área de evaporización en una cámara y después se condensa. Con las pruebas que hicimos en un periodo de ocho horas se separaron casi siete litros de agua”, explicó el maestro.
Jóvenes cineastas
La voz de los jóvenes del CCH se ve plasmada a través del Cecehachero Film Fest, el primer espacio para mostrar su punto de vista desde una cámara de video. Se trata de “fomentar y fortalecer el quehacer cinematográfico del Colegio, así como impulsar en los chavos la idea de hacer cine”, comentó Brandon Ibarra, estudiante del plantel Vallejo, quien en 2016 iniciaba dicho proyecto.
El primer festival de cine creado en el CCH, el tercero en la UNAM, y el segundo imaginado por estudiantes a nivel nacional. “No es lo mismo ver una película y analizarla que hacer una. El hecho de crear cortometrajes, de empezar a crear proyectos de este tipo, será fructífero para la vida profesional”, mencionó.
Contra los desechos plásticos
Las estudiantes Alondra Monserrat López López e Itzel Paniagua Castro, y la profesora Cecilia Espinoza Muñoz, del plantel Oriente, respondieron a una problemática ambiental cada vez más preocupante: el aumento de desechos plásticos. La solución que imaginaron se dio a partir del desarrollo de popotes bioplásticos, hechos a base de cáscara de mango. Su proyecto obtuvo el primer lugar en Mejor Diseño Innovador en la Feria de las Ciencias, la Tecnología y la Innovación 2019. “Los popotes son de rápida degradación, alrededor de cuatro meses, en comparación con los actuales, que llegan a tardar 100 años en degradarse por completo. El prototipo tiene un costo económico menor, llegando a cotizarse en unos 25 centavos por unidad”, explicaron en su proyecto.
Cuadro
–Premio a Rabindranath García, del plantel Oriente, en 1998, con el proyecto Alteraciones en la actividad eléctrica neuronal del hipocampo de las ratas sometidas a 20 minutos de isquemia cerebral focal transitoria.
–Premio a Marco Isaac Brena y Miguel Ángel Mendoza, del plantel Vallejo, en 2012, por diseñar un robot capaz de escribir letras y números.
–Premio a la investigación Degradación de poliestireno a través de la microbiota, a cargo de David Alberto Díaz y Nirvana Maya Heinze, del plantel Sur, en 2019.
de escribir letras y números.