México es como si fuera un mole de siete chiles y especies diferentes, donde las raíces indígenas le dan un sabor especial para aderezar la diversidad étnica que nos conforma como nación multicultural, considera Clío Montserrat Coyotl Rosales, estudiante de cuarto semestre en el plantel Azcapotzalco del CCH, quien está orgullosa de sus raíces nahuas.
Tal vez por esta razón los mexicanos no debemos de perder de vista que muchos de nosotros podemos tener, aunque sea, una gota de sangre de nuestros ancestros, y eso es un motivo para sentirse orgullosos del legado cultural del que somos herederos, señala al ser consultada sobre cómo vive el ser una estudiante de ascendencia originaria en el bachillerato de la UNAM.
Afortunadamente, expone, hay muchas personas que se interesan por preservar las diferentes lenguas indígenas, aunque no sean de comunidades o pueblos originarios.
“En mi caso, tengo una conexión muy bonita con mis raíces nahuas, gracias a que mi abuela se dio tiempo para hablarme sobre su lengua y costumbres; además, porque desde pequeña pude darme cuenta de las dificultades y carencias que padecen las personas que integran estos grupos culturales”.
La joven de 16 años asegura que, de hecho, se siente especial en la Universidad y en el Colegio, porque cree que puede aportar mucho a la diversidad que se vive en la máxima casa de estudios, “ya que quienes nos reconocemos como indígenas, podemos superarnos en todos los aspectos de la vida, tanto profesional como personal”.
Reconoce que para avanzar, las personas de origen indígena tienen que esforzarse un poco más que el resto y con frecuencia sufren discriminación por sus facciones físicas, color de piel u origen, como cuando cursó la primaria y tuvo la mala experiencia de ser discriminada por sus compañeros, que le ponían apodos al conocer la historia de sus antepasados.
Pero en la UNAM, dice, todo ha sido diferente, porque los profesores y compañeros se interesan por conocer parte de sus tradiciones, costumbres y lengua. Otro aspecto importante es que la Universidad le otorgó una beca para alumnos indígenas, con la cual ha podido apoyar sus estudios y la compra de materiales escolares, que ha sido un buen apoyo en estos momentos difíciles para la economía familiar.
Finalmente, comparte que tiene el sueño de desempeñarse en el puesto más importante del país, “sé que es muy grande, pero creo que con preparación y mucho esfuerzo las mujeres podemos cumplir nuestras aspiraciones profesionales y personales”.
