El Seminario para la Revisión y Análisis del Plan de Estudios 1996 impartió un curso sobre el Modelo Educativo del Colegio, en enero de 2025. Las maestras Paola Zamora Borge y Diana Cárdenas González elaboraron el apartado sobre la interdisciplinariedad.
La maestra Diana Cárdenas expuso temas de genética y biología para explicar que la orientación sexual y las diversidades sexo-genéricas no son un asunto meramente social o cultural, sino que hay bases biológicas que influyen de forma casi determinante. Esta fue la aportación más importante de la maestra Cárdenas para este curso.
Me parece que debería cambiar la forma de pensar más común sobre la orientación sexual y las diversidades sexo-genéricas. Si algunas creencias morales se apoyaran en la biología y otras disciplinas, buena parte de la sociedad debería modificar sus prejuicios sobre las personas que viven de una forma supuestamente “antinatural”. Mark Platts (2020) critica la posibilidad de una moral sexual que valore como buenos o malos distintos tipos de orientación sexual. En su argumento plantea que la discriminación, la violencia y tal vez la homofobia enmascaran, por medio de esa supuesta moral sexual, emociones como repugnancia, náusea y odio (p. 28).
En la ideología heteronormativa se define como “natural” la heterosexualidad y como “antinatural” la diversidad sexo-genérica. La referencia a Platts viene al caso porque muestra la ambigüedad y desconocimiento filosófico sobre el significado de las palabras “natural” y “antinatural”. De hecho, una consecuencia de su argumento es evitar esta dicotomía.
Mi asombran las consecuencias socialmente positivas. Si seguimos los argumentos de Dick Swaab (2014), citado por la maestra Cárdenas, encontramos por lo menos tres consecuencias relevantes: 1) En algunos casos los cromosomas XX y XY son insuficientes para asignar el sexo mujer u hombre desde el nacimiento (Swaab, pp. 87-88), puesto que hay otros factores biológicos, genéticos y cerebrales que pueden poner en conflicto la identidad de género con la que se identifica la persona trans y la asignación de su sexo al nacer, por lo que una persona transgénero puede tener una identidad de género distinta a su sexo asignado al nacer (Swaab, p.102); 2) Tampoco es equiparable el deseo de tener una transición y reasignación de género con un trastorno mental (Swaab, p.107); y 3) Estos avances científicos respaldan la reciente penalización de las terapias de conversión de orientación sexual aprobada el 24 de marzo de 2024 por la Cámara de Diputados en la Ley General de Salud en México.
Desde un punto de vista ético, lo relevante es reparar las injusticias que se derivan de sesgos cognitivos y creencias falsas que motivan acciones discriminatorias que violentan los derechos humanos de la comunidad LGTBIQ+.
Sobre este tema, hay que reconocer la importancia ética de la autocrítica que plantea Iris Murdoch porque lo que hacemos a los demás, también nos lo hacemos a nosotros mismos ¿en qué se convierte una persona cuando humilla o maltrata a otra por ser diferente?
Asimismo, los temas de mayor relevancia social, como la discriminación, la exclusión y la violencia son expuestos con mucho detalle y cuidado por parte de Mark Platts (2020), en especial, en su análisis derivado del concepto de “colonialismo interno” de Pablo González Casanova (p. 63). Así, la argumentación a favor de los valores de la moral social: “principalmente la prudencia, el altruismo, el respeto a su autonomía, la consideración a los demás, la generosidad y la solidaridad” (Platts, p. 79), muestra diferencias muy significativas con la supuesta moral sexual. No obstante, este tema requiere de un análisis filosófico más detallado. Asimismo, también es necesario problematizar los límites y alcances del determinismo biológico o genético, por eso queda pendiente comprender la interacción de los aspectos históricos, sociales y culturales que inciden, por lo menos, en la expresión de género. Así, por ejemplo, seguramente habrá estudios que expliquen por qué la expresión de género de los muxes es muy distinta a otras diversidades sexo-genéricas y, esas diferencias no son explicadas por la genética o las neurociencias.
Del mismo modo, habrá que reflexionar sobre la compatibilidad o incompatibilidad entre la teoría de Swaab y Judith Butler. Por último, me parecen cuestionables los argumentos deterministas de Swaab sobre la afirmación de que la libertad es una ilusión.
En conclusión, las últimas consideraciones deben hacernos pensar en las dificultades y retos de la interdisciplinaridad. Así, por una parte, la tesis biológica tiene consecuencias socialmente importantes y, por otra parte, se pueden reconocer algunas limitaciones.
Me parece que reducir el debate a lo biológico y desconocer los enfoques sociales, o bien, negar los aportes biológicos sólo por considerar lo social o lo cultural no ayudarán a comprender el problema de forma holística.
*Profesor del plantel Sur.
Referencias
Platts, M. (2020). Sobre usos y abusos de la moral: Ética, SIDA, Sociedad. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Filosóficas. Fondo de Cultura Económica.
Swaab, D. (2014). Somos nuestro cerebro: Cómo pensamos, sufrimos y amamos. (Trad. M. Arguillé Bernal. ) Plataforma Editorial.