Diversidad1

Crean marco para analizar sus condiciones

Es importante el reconocimiento de su existencia y la obligación para garantizar sus derechos

Crean marco para analizar sus condiciones
Es importante el reconocimiento de su existencia y la obligación para garantizar sus derechos

“Nos encontramos en un momento clave. Si sabemos interpretar las voces de la comunidad sexo-género-diversa en la Universidad y situar sus experiencias en un marco de análisis crítico de las desigualdades, podremos impulsar una agenda todavía más sólida de trabajo a favor de sus derechos humanos”, así lo destacó en su momento, la entonces coordinadora para la Igualdad de Género de esta casa de estudios, Tamara Martínez Ruiz, al presentar el Informe Ejecutivo de Resultados, junio de 2022, de la primera Consulta universitaria sobre condiciones de igualdad de género de la comunidad LGBTIQ+ en la UNAM.

Dicho ejercicio partió de cuatro consideraciones: reconocer la existencia de “múltiples formas de diversidad sexogenérica en la Universidad, así como del trabajo y los saberes que las personas LGBTIQ+ aportan para el sostenimiento de la vida comunitaria y las funciones sustantivas que llevamos a cabo”; también como “problematización de las condiciones de desigualdad que desde el trato discriminatorio amenazan su permanencia y libre desarrollo en la Universidad”.

Del mismo modo, como un “mecanismo para dar cumplimiento a las obligaciones institucionales derivadas de los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género, el Código de Ética, el Acuerdo Rectoral por el que se establecen políticas institucionales para la prevención, atención, sanción y erradicación de casos de violencia de género y el Documento Básico para el Fortalecimiento de la Política Institucional de Género”, donde se reconoce la condición específica de desigualdad estructural hacia la comunidad LGBTIQ+ en la Universidad.

Además, reconocer que “los derechos de las diversidades sexogenéricas son derechos humanos y, por ende, tenemos la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar su cumplimiento, a partir de un andamiaje de disposiciones consagradas en el texto constitucional, en la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación, así como en criterios interpretativos a nivel jurisprudencial”.

La consulta fue “dirigida a integrantes de los sectores académico, estudiantil y administrativo de la Universidad mediante invitaciones a partir de cuentas oficiales en redes sociodigitales, la Gaceta UNAM y mensajes abiertos a la comunidad desde mecanismos institucionales en las entidades y dependencias”.

La comunidad respondió un cuestionario de cinco secciones: a) expresiones de diversidad sexogenérica, b) relaciones de género universitarias, c) derechos universitarios, d) impactos de la discriminación y la violencia, y e) preguntas sociodemográficas.

De esta manera, el informe se divide en cuatro secciones: Expresiones de diversidad sexogenérica, Ser LGBTIQ+ en la Universidad, Discriminación, Efectos de la discriminación y la violencia, y ¿Qué sigue?

Entre los datos que arroja, se señala que 5 mil 529 personas se reconocen como diversidades sexogenéricas en la UNAM, y un 85.98 por ciento de las personas LGBTIQ+ que participaron son estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado, poco más de 500 son académicos y administrativos de esta casa de estudios. Aunado a ello, más de un 70 por ciento de quienes participaron son menores de 25 años.

La consulta también arrojó más de 20 expresiones de diversidad sexogenérica. En cuanto a la percepción de la Universidad como una institución amigable para las personas LGBTIQ+, entre quienes lo consideran totalmente y muy amigable suma un 45 por ciento, y de manera regular, un 38.22 por ciento. Sobre la seguridad en espacios físicos, un 41.31 por ciento lo evalúa como regular, y más de 40 por ciento lo señalan como mucho o totalmente seguro.

Sobre los efectos de estas prácticas, el informe indica que un 54.57 por ciento de las personas participantes LGBTIQ+ evitaron hablar abiertamente de su orientación sexual; un 52.90 por ciento experimentó malestar emocional; un 17.47 por ciento experimentó deseos de dejar de vivir; y un 28.29 por ciento decidieron alejarse o aislarse de personas en la Universidad.

El informe destaca que dichos datos servirán para que la Universidad diseñe propuestas de política institucional para la igualdad, la no discriminación y una vida libre de violencia para las diversidades sexogenéricas.

 

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