El hombre crucigrama y Helia Bravo Hollis. Memoria de una vida y una profesión, son dos textos que tienen en común personajes de la naturaleza. El primero se trata de una serie de minificciones sobre los insectos y el segundo recuerda la vida prolífica de la bióloga que estudió las cactáceas americanas, ambos fueron presentados en el plantel Sur, en el marco del Segundo Festival Cultural del CCH.
Correspondió a la exdirectora de la Facultad de Ciencias y Premio Nacional de Periodismo, Patricia Magaña, referirse al texto escrito por la bióloga mexicana, el cual, de manera autobiográfica, narra su incipiente interés por el estudio de la biodiversidad y en particular por las cactáceas, a las cuales dedicó gran parte de su vida.
“Helia Bravo recopiló sus vivencias de infancia, como sus caminatas en Mixcoac, que le hicieron amar la naturaleza y acrecentar su interés en su estudio. Era una niña muy inquieta, ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria, donde conoció al doctor Isaac Ochoterena, quien la motivó a estudiar los protozoarios. Era muy disciplinada y le gustaba la naturaleza, de hecho, en imágenes se aprecia que se subía a los árboles, hacía cosas muy diferentes a las mujeres de su época”, explicó.
“En los años 30 escribió el libro Las cactáceas en México, que son plantas americanas, interesantes y muy apreciadas ornamentalmente”, recordó la ponente. También impulsó la creación del Jardín Botánico de la UNAM, “una parte de éste lleva su nombre”, agregó.
Por otro lado, El hombre crucigrama, de Roberto Abad, forma parte de la colección Hilo de Aracne, el cual está enfocado en los jóvenes lectores. Se trata, explicó, de minificciones, de contar una historia en menos de una cuartilla, es difícil pero posible.
El escritor ganador del Premio Nacional de Narrativa Ramón López Velarde, y coordinador del proyecto Breve manual del libro fantástico, por la Universidad Autónoma Metropolitana, es un apasionado de los insectos, por lo que se encuentran en muchas de sus historias.
Por último, en El hombre crucigrama el escritor propone a los lectores descubrir las palabras escondidas en los títulos de sus narraciones y que en conjunto forman una frase. “No soporto la idea del libro intacto, trato de interactuar y es lo que propongo”, concluyó.