Entre los años cuarenta y cincuenta surgió en México un grupo de pensadores que logró colocar en la mesa de la reflexión diversos temas de interés y relevancia cultural, entre ellos, el tema de lo mexicano.
Introdujeron y difundieron diversas corrientes filosóficas como el neokantianismo, la fenomenología, la filosofía de los valores y el existencialismo.
Algunos de los pensadores que formaron parte de este proyecto intelectual fueron: Leopoldo Zea, Ricardo Guerra, Joaquín Sánchez MacGregor, Salvador Reyes Nevares, Emilio Uranga, Fausto Vega, Jorge Portilla y Luis Villoro.
Este grupo de intelectuales tuvo su primera aparición pública en el ciclo de conferencias sobre el “Existencialismo francés”, organizado por el Instituto Francés de América Latina de la Ciudad de México, en 1948.
El existencialismo fue quizá la corriente filosófica que más influencia tuvo dentro de este grupo de jóvenes pensadores, al plantear temas como el estudio de la condición humana, las emociones, el compromiso personal y la posibilidad del ejercicio de la libertad.
De esta forma, los integrantes del grupo Hiperión consideraban que la razón no es la única que puede explicar y comprender la realidad, sino también los emociones más elementales como la frustración y la angustia, lo cual coloca en el centro de la reflexión al ser humano como un ser que se construye a sí mismo y que construye el mundo en total libertad.
Es desde la influencia del existencialismo que los estudios realizados por los hiperiones se enfocaron en realizar una reflexión sobre lo propio y característico de lo mexicano, desde distintas aproximaciones disciplinarias: psicológicas, antropológicas, literarias y filosóficas.
Los miembros de este grupo no sólo pretendieron hacer una reflexión descriptiva de la situación de México y lo mexicano, sino que deseaban cambiarla, sacudirla, de ser posible transformarla.
Los trabajos realizados por este grupo de intelectuales motivaron la construcción de una identidad nacional, así como el ejercicio y desarrollo de una forma de ser mexicano; de estar en el mundo como mexicanos.
Ellos tomaron como objeto de estudio no la idea abstracta de lo que significa ser mexicano, sino que partieron de la comprensión del mexicano que vive bajo circunstancias particulares, pero que a su vez es parte de un mundo más grande, de una realidad que engloba a la totalidad de la humanidad.
Es importante resaltar que la forma que abordaron el tema de la mexicanidad fue por medio de la descripción sistemática de su forma de vida, los rasgos de carácter, los gestos, sus gustos, sus tradiciones, las obras artísticas y literarias, resaltando, de manera importante, el indigenismo de nuestro país.
La filosofía de lo mexicano impulsada por estos pensadores no sólo pretendía ser de carácter teórica, sino que estaba orientada a la acción, buscaba liberar al mexicano de sus miedos, prejuicios y las injusticias sociales, con la intención de fomentar en los mexicanos una cultura de compromiso con las circunstancias políticas, económicas y sociales de su tiempo.
*Profesora del plantel Oriente.
