Monstrua es un libro que representa un “mosaico, ya que en algunos casos podríamos decir que es híbrido. Para mí, el título tiene que ver que todas somos mujeres y sospecho que la palabra tiene relación con lo que sucede cuando las escritoras deciden escribir y dejan de pedir permiso para decir cosas”, señaló Andrea Chapela, una de las 10 escritoras que plasmaron sus historias en esta antología.
En su presentación en el plantel Naucalpan por el Segundo Festival Cultural del CCH, la autora explicó que la ciencia ficción es el género que está presente en su trabajo, mientras que en sus cuentos hay dos ejes: “una relación interpersonal y una tecnología que genera caos en esa relación”.
“En una de mis historias se presenta un futuro en que las personas ya no mueren y la protagonista se encuentra con la problemática de que su madre ha decidido morir, ¿qué quiere decir que alguien elija morir? Su madre pide una muerte digna”, relató.
Ante los estudiantes, la autora comentó que su inquietud por escribir nació con la saga de Harry Potter y consideró que esta antología es un corte de caja: “a mí me parece singular no sólo el hecho de que hay 10 autoras en el libro, sino que representan muchos puntos de vista y orígenes diversos. No es sólo cuento y narrativa, sino también poesía y el guion radiofónico como formas que pueden convivir entre sí”.
Para ella, el escribir sobre ciencia ficción es el acto de imaginar, “de elegir otras opciones es algo esperanzador; podemos encontrar razones para estar vivo, porque en situaciones terribles también hay cosas luminosas”.
Asimismo, explicó que la antología reúne una multiplicidad de idiomas, ya que varias de las autoras escriben en otras lenguas: “Monstrua puede ser un parteaguas, una muestra de hacia dónde va la literatura y hacia dónde queremos que vaya”.
Respecto a si se vive un boom de escritores latinoamericanos, comentó que “algunas escritoras rechazamos esa idea, pero sí es un momento en que las mujeres escriben y publican mucho en América Latina”.
“Ahora mismo las mujeres pueden escribir desde su interioridad, ya no tienen que hacerlo simulando ser hombres para que su literatura se considere seria. Pienso que de alguna manera hay una revitalización tanto de las formas como de los contenidos, tenemos mucho qué decir, somos muchas y no queremos que termine”, explicó.
“Escribir no sólo es estar frente a la hoja; es leer y salir a tomar café con tus amigas, ir al cine”.
