Quedó sorprendida por las opciones deportivas

Crónicas Cecehacheras

Quedó sorprendida por las opciones deportivas

Crónicas Cecehacheras
Quedó sorprendida por las opciones deportivas

Como muchos adolescentes de entre 14 y 15 años, me inscribí al examen de la Comipems. Contesté una prueba a modo de simulacro con ayuda de una guía y obtuve 74 aciertos de un total de 128.

Mi tío me dijo que el puntaje no alcanzaría para quedarme en una buena escuela; me dio un sermón sobre la importancia de estudiar y esforzarse, y aseguró que, de no irme bien, estudiaría en un lugar que no me gustaría y tendría que repetir el proceso al año siguiente.

No hice caso, dejé pasar el tiempo y dos semanas antes del examen me puse “a estudiar” Química y Biología. No estudié nada más, ya que me aburría.

Llegó el día del examen y por los nervios no comí nada. Me angustié al ver cómo mis compañeros terminaban y yo seguía contestando; iba muy lenta y sabía que estaba contestando mal. ¡Debí haber estudiado y desayunado antes!

 

Lo conseguí

Pasó el tiempo, yo estaba muy ansiosa y desesperada por saber los resultados. Mi teléfono estaba saturado y no me permitía entrar a la página, así que molesté mucho a la tía que vive conmigo para que revisara.

Al ver el resultado estaba bastante confundida, pues no reconocía el nombre de la escuela: “Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan, 87 aciertos”.

Mi mamá y mi hermano menor me felicitaron, sin embargo, mi abuela y mis dos tíos se enojaron y alegaron que estaba demasiado lejos y me podía pasar algo, pues me quedé en el turno vespertino.

Sus comentarios me pusieron nerviosa, ya que yo jamás salía de casa sola y no sabía usar el transporte público. Sin embargo, mi mamá dijo que ella había estudiado ahí, así que me sentí muy feliz al escuchar cómo era la escuela.

Sentía mucha curiosidad por conocer el plantel. Mi mamá me presumió que muchos alumnos, incluso de otras escuelas, acudían al CCH por genial y enorme. Sin duda, la biblioteca fue el primer espacio que conocí el día del recorrido.

 

Me enamoré del CCH

Cuando logré conocer la escuela me enamoré por completo. Fue amor a primera vista: tan verde y espaciosa, con muchísimos edificios y uno de ellos exclusivo para ciencias, vi las canchas de deportes.

La primera semana de clases conocí a mis profesores de Educación Física a través de Zoom. Quedé anonadada ante la cantidad de opciones deportivas que ofrece la escuela, en particular voleibol, que es mi deporte favorito. Me sorprendió también la cantidad de talleres culturales que se imparten. ¡Hay de todo y para todos! Nunca pensé que una escuela podría ser así de maravillosa e interesante, ¡simplemente el paraíso!

Quiero expresar que no siempre es necesario tener todo planeado. Es posible que, aunque no sepas qué o dónde estudiar, la vida te lleve a una hermosa casualidad.

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