Las matemáticas, asegura, no eran precisamente lo suyo. Es más, constantemente huía de esa materia e incluso llegó a decir que en el ámbito de los números no se metía, porque estaba convencido que no era bueno para manejarlos. “Pero en el CCH, con el apoyo de los profesores y estudiando con ganas la materia, me di cuenta de que no era malo para las matemáticas, sino que no estudiaba y profundizaba en sus conceptos y aplicaciones”, explica en entrevista Édgar Alonso Fernández Crespo, estudiante plantel Vallejo, quien cursará pronto la licenciatura de Actuaría en la UNAM, al egresar con 9.6 de promedio.
En ese sentido, el CCH supo encaminar su vocación hacia esta área del conocimiento, “sobre todo en el último año que comencé a meterme con más ánimo en el estudio y fue por lo que decidí que era lo mío”, apuntó el joven de 18 años.
De su paso por el bachillerato universitario, considera que su mayor logro fue aprender a investigar por propia cuenta. “Aunque debo reconocer que los primeros semestres me costaron mucho trabajo, pero al ir avanzando me di cuenta de que dominar el autoaprendizaje era de gran ayuda. Ahora que voy a cursar estudios superiores, lo valoro mucho, así como valoro los conocimientos que cada profesor aportó en su materia para mi formación”.
En especial, recuerda cómo su profesora de Química en los primeros semestres los hacía investigar mucho para abordar los temas y llevar a cabo cada experimento. “Algo de lo que más me gustó de ese método fue que nos explicaba y hacía ver en qué nos habíamos equivocado y en dónde estábamos bien. Eso fue muy formativo”, subraya.
En ese sentido, Fernández Crespo enfatiza: “Me llevo con agrado la presencia de los profesores que se dieron tiempo para enseñar y explicar lo que no entendíamos a la primera, porque gracias a su vocación muchos logramos aprender y salir con éxito del CCH, para continuar con lo que nos gustaría ser en la vida a nivel profesional y personal”.
De igual manera, el hábito por la lectura fue otro de los aprendizajes que le dejó su paso por el Colegio, porque comenzó el hábito de leer en la biblioteca no sólo los temas para las tareas, sino acerca de otros ámbitos que le gustaban. Después de esas lecturas, a la hora de escribir los ensayos, las reseñas y las presentaciones, descubrió que podía redactarlos muy bien y eso para él fue más que motivante.
En 2020, en la transición de las clases presenciales a distancia a causa de la pandemia, su mayor reto, asegura, fue acoplarse al uso de las tecnologías, “porque muchos piensan que por ser joven sabes mucho de ellas y eso no siempre es así. Yo no soy de esos que saben manejar muy bien las cosas digitales, a mí no me habían interesado tanto las aplicaciones en las computadoras y los teléfonos inteligentes. Los utilizaba sólo por necesidad y no tenía gran conocimiento de internet”. Y concluye: “Sí sufrí un poco al principio (en el aprendizaje virtual), porque no conocía a muchos compañeros en la clase, pero cuando fueron pasando los días fui controlando mejor la situación, todo con el fin de salir adelante con el reto”.
Aplicaciones
De acuerdo con información pública, la ciencia actuarial o actuaría “es una disciplina que aplica modelos estadísticos y matemáticos para la evaluación de riesgos en las industrias aseguradora y financiera, principalmente. Los actuarios son profesionales de negocios que abordan la gestión y evaluación del impacto financiero del riesgo y la incertidumbre de una entidad, y que además poseen un profundo conocimiento de los sistemas de seguridad financiera, su razón de ser, su complejidad, su matemática y la manera en la que funcionan”.
En muchos países, “los actuarios deben demostrar su competencia mediante la aprobación de una serie de rigurosos exámenes profesionales. La ciencia actuarial incluye una serie de temas interrelacionados avanzados en probabilidad, matemáticas, estadística, econometría, demografía, finanzas, economía, pensión, seguros, economía financiera y la programación de computadoras”.
En el ciclo escolar 2019-2020 en la UNAM, el total de aspirantes a ingresar a esta licenciatura fue de tres mil 958. La oferta de lugares disponibles para esta carrera fue de 562, por lo que de cada seis estudiantes que demandaron la carrera sólo ingresó uno. Del total de alumnos de primer ingreso 51% son mujeres y 49% hombres.
Los actuarios son profesionistas que estudian, plantean, formulan y aplican modelos de contenido matemático con el fin de proveer información para la planeación, previsión y toma de decisiones, y para resolver problemas económicos y sociales que involucran riesgos.
