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La comunicación asertiva, la más sana

A través de la verbalización se descubre la personalidad

La comunicación asertiva, la más sana
A través de la verbalización se descubre la personalidad

Como personas estamos influidos por la familia, la escuela, la comunidad, el trabajo y la iglesia, así como por valores, reglas, hábitos, costumbres y creencias que nos conforman y se convierten en historia de vida, misma que determina la manera en que interactuamos con los demás, explicó María Luisa Guadalupe Novoa Aguilar, licenciada en Pedagogía por la UNAM, al impartir la conferencia “Habla para que yo te conozca”.

Con ese conjunto de aprendizajes y creencias vamos resolviendo los problemas que se nos presentan en la vida, pero lo más importante es que cuando las personas verbalizan su personalidad, nos damos cuenta de manera contundente cómo son y cómo se relacionan con el mundo, precisó al tema de su conversación, en el marco del Programa de Apoyo Psicológico para Estudiantes del CCH.

Por ello, es importante contar con elementos que nos permitan conocer el tipo de personalidad que tenemos, darnos cuenta de las otras y saber comunicarnos de manera asertiva con los demás, consideró la pedagoga del plantel Oriente.

Existen cuatro formas de personalidad para responder a lo que nos sucede en la vida: Pasiva, que se define como la violación de nuestros propios derechos, anulando la libre expresión de sentimientos, pensamientos y creencias; Agresiva, que es la expresión directa y hostil de los derechos de las personas por medio de pensamientos y creencias deshonestas y siempre violentando a los demás.

Automodificada, que muestra un particular respeto por los demás y sus capacidades, su meta es hacer felices a los otros y evita conflictos a cualquier precio, y Asertiva, que es la capacidad de hacer valer sus derechos expresando lo que cree, siente y quiere en forma directa, honesta y apropiada, respetando los derechos de las otras personas.

“De las cuatro formas de comunicarse, la asertiva es la más sana para las personas, pues no compromete la integridad y el respeto por uno mismo”, recomendó la especialista en el tema.

La persona asertiva sabe y aprende a identificar lo que piensa y siente; busca la realización del propio potencial sin explotar a otros; elige por propia voluntad; acepta y reconoce sus errores, así como sus aciertos; emplea y fortalece sus recursos y potencialidades personales; vive con una sensación de bienestar en todas las áreas de su vida, y maneja un discurso autoafirmativo y considerado.

Además de ser segura de sí misma, se respeta, practica una comunicación positiva con los demás, se integra de mejor manera a los grupos, sabe escuchar, habla sin ofender, decide lo que quiere y sabe recibir críticas y cumplidos.

En tanto que los obstáculos que nos impiden ser asertivos son las creencias que nos colocan en segundo lugar, sacrificando nuestros derechos; sentir miedo a ser desaprobado y las consecuencias negativas; culpa de no tratar bien a los demás; ansiedad de llamar la atención o hacer el ridículo, y no aceptar ni respetar nuestros derechos, entre otros más.

Las personas asertivas también tienen derechos como pedir lo que quieren o necesitan, así como reconocer que las otras personas tienen derecho a decir “no”; tener opiniones, sentimientos, omisiones y expresarlas de forma adecuada; tomar decisiones propias y afrontar las consecuencias; cometer errores y ser responsables por ellos; tener éxito, cambiar de opinión o idea, tener vida privada, ser el primero, estar solo y cambiar cuando lo necesiten, concluyó la especialista.

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