Cuando le informaron que había sido nominada no podía creerlo. Su primera reacción fue preguntarle al director del plantel Sur: “Pero ¿qué hice?”. El funcionario le respondió: “La premian porque usted atiende a sus alumnos con mucho cariño”. Ante ello, no dudó en contestar: “Claro, ¡acepto con mucho gusto!”.
Guillermina Murguía Sánchez, quien recibió el Reconocimiento Sor Juana Inés de la Cruz 2021, relata en entrevista que su primera reflexión al respecto fue: “Soy discapacitada, pero eso nunca ha afectado mi vida ni ha sido obstáculo para superarme. Fui rechazada para estudiar la prepa, pero cursé una carrera corta de archivista para trabajar y continuar mis estudios”.
La bióloga comentó que su familia era de escasos recursos, pero no se le cerró el mundo. Se preguntaban: “¿Qué tenemos y qué podemos hacer; en dónde estamos parados?”. Asimismo, platicó que durante el movimiento estudiantil de 1968 la UNAM le dio el reconocimiento a la Preparatoria Popular. “Cuando no fui aceptada en el bachillerato, mi hermana y yo fuimos a Rectoría y nos dijeron que ahí no se resolvía nada. Tristes, nos sentamos afuera del edificio y ahí había jóvenes invitando a estudiar en la Prepa Popular. Entré al año siguiente”.
Sus maestros eran pasantes de la UNAM, afirma, y cuando se abrieron los planteles del CCH entraron a laborar. “Fui muy feliz, porque ese estilo de enseñarnos fue el que se dio en el Colegio. Yo me formé así, comprometida con la educación. Estudié biología, no teníamos laboratorios, pero los maestros del Politécnico nos llevaban los domingos a sus escuelas. Ahí se me abrió el mundo”.
La maestra recuerda que su preparatoria tenía tres turnos y entre dos escuelas se atendían a cinco mil estudiantes. “Los maestros no recibían remuneración, eran muy combativos. Creo que quien diseñó el proyecto del CCH tuvo conocimiento de las Prepas Populares”.
Las primeras clases de la Prepa Popular se impartían en salones de las facultades, “pero ya en 1969 la escuela estaba en la calle Liverpool. Era sistema CCH, con libertad y creatividad, gran compañerismo. Teníamos pase automático, pero antes de hacer el trámite, la UNAM nos envió profesores formales de las facultades para que nos dieran un curso rápido. No estábamos mal académicamente, quedaron impresionados con nuestro dinamismo”.
Ya en la Facultad de Ciencias hizo su servicio social en un bachillerato rural, “que era como un plantel del CCH, pero en Tlayacapan, Morelos. Desde ahí quise ser maestra del plantel Sur y quedé en segundo lugar entre 60 aspirantes”.
Trayectoria
Desde hace 35 años Murguía imparte Biología I y II. Hoy tiene cinco grupos. “Mi interés es acompañar a los alumnos para descubrir la belleza de estar vivos. Es maravilloso cómo van descubriendo. Ver sus caritas cuando comprenden temas y los explican, es lo que me motiva”, sostiene.
Los adolescentes, resalta, apenas van a enfrentar este mundo tan complejo y todavía tienen que trabajar su autonomía frente a su familia, “porque vienen de secundaria, son niños cuidados, hay que acompañarlos a que encuentren su personalidad, su lugar en la familia y en la sociedad, que no se sientan presionados, que tengan autoestima, todo eso es valioso para ellos. Hay que tratarlos con mucho amor y compresión”.
La doctora en Biología comenta que, en el año 2000, participó con otros docentes de Sur para promover la creación del bachillerato intercultural con el modelo del CCH en el medio rural. “Propuse trabajar con profesores bilingües y a través de ellos implementar el programa, pero tomando en cuenta los conocimientos ancestrales de sus comunidades”.
Dice que el Colegio cumple con las expectativas y compromisos con la Universidad, pese a todo. “Como ahorita que nos aventaron al ruedo, sin saber mucho de herramientas tecnológicas. No tuve que angustiarme, porque yo no tenía la menor idea ni tuve que andar buscando listas de alumnos. Al abrir Teams estaba todo. Poco a poco la he conocido, nos ha permitido mejorar, adaptarnos, sacarle provecho y que los alumnos no se vean afectados”.
Considera que debe consolidarse el derecho a la educación en todos los niveles. “Comprender que los ciudadanos que vamos a formar estén comprometidos con la nación y no promover divisionismos. Planeta, sólo hay uno y vida sólo hay una, a todos nos atañe la vida”.
