DocsMX y la Cátedra Bergman

Apropiarse del riesgo

Fomentó la apropiación y el diálogo entre archivos

Apropiarse del riesgo
Fomentó la apropiación y el diálogo entre archivos

DocsMX y la Cátedra Bergman realizaban giras para mostrar cortometrajes de práctica experimental, pero con la pandemia se suspendieron. Entonces, convocaron a un taller de proceso creativo, que impulsó la apropiación y el diálogo entre archivos fílmicos, pero sobre todo la creatividad de jóvenes que se inician en el séptimo arte.

Los participantes crearon sus propuestas a partir de materiales que les proporcionó Filmoteca UNAM y otros creados exprofeso, para explorar una serie de discursos en los que se pudieron redescubrir y crear uno propio, a partir de un contexto particular, que fue la pandemia.

Luego se programó una gira virtual para exhibir estos trabajos a alumnos del bachillerato de la UNAM, que pudieron ver, entre ellos, Crecer, de Kitzia Salas, cuya propuesta es aprovechar la pandemia para evolucionar. Su protagonista es una chica obsesionada con los gérmenes, su salud y su cuidado excesivo, al final aprenderá a relajarse y a avanzar. El corto, expuso la realizadora, está inspirado en la historia de un familiar cercano.

La verticalidad desahuciada, de Mauricio Sánchez y Carla Vázquez, inicia con imágenes de una pareja en su boda, la llegada de los hijos, su desarrollo con estampas familiares, conviviendo, festejando, rompiendo una piñata, “la vida es muy diferente a lo que te imaginas”, se escucha decir a Dolores del Río.

El corto mezcla imágenes históricas como la de Porfirio Díaz y escenas de distintos filmes mexicanos, en las que se observan tradiciones mexicanas, violencia y muerte, sobreponiendo imágenes y épocas, en blanco y negro y a color, conformando un diálogo sin tiempo, complementado con un arduo trabajo de edición.

La memoria desvaneciente de aquellas flores, de Fernando Fuentes, expone fragmentos de una charla con una anciana de más de 100 años, que va narrando la vida, al tiempo que construye un relato íntimo de esta mujer, una especie de carta agradecida del bisnieto, al que le cuentan sobre el paso de soldados, a quienes les escondían a las muchachas porque si no se las llevaban.

“Lo que ha pasado no me da miedo, a mi hijo sí le ha preocupado, en mi caso ya di lo que tenía que dar; ya he disfrutado de mis plantas, cuando me vaya se van a morir”, reflexiona en un marco de flores diversas. Fernando expresó que deseaba realizar algo acerca de su familia y fue emotivo hacer una carta visual de las memorias de su bisabuela.

Los cineastas en ciernes hablaron de lo difícil que fue enfrentar la pandemia, al inicio, paralizados. También se refirieron al proceso de editar y lo complejo que fue seleccionar el archivo de la Filmoteca. Mauricio es egresado del CUEC, Fernando también estudió Cine y Kitzia comentó que aunque  ya había realizado otros cortos antes de participar en esta práctica experimental, no tiene estudios, pero los tendrá porque el cine le apasiona.

En la tercera sesión se presentaron los cortometrajes de El Quiebre de la mariposa, de Alejandra Aragón y Dahlia Sosa, que con un fondo musical suave presenta un desfile de imágenes de mujeres durmiendo, escenas de enamorados, mujeres solas y el quiebre de un espejo, en el que sus fragmentos muestran la playa, el mar, un barco y al final todo capturado en la pantalla de un celular, casi todas las imágenes de filmes nacionales.

Presente, futuro del referente, de Samanta Alfaro, en un ingenioso juego de imágenes que se muestran en la pantalla, ventanas y puertas de una habitación, a la par que se refleja el rostro de una chica triste y pensativa, y Reexistencias de Carla Asquel, que comienza con escenas de parejas besándose, luego de violencia hacia la mujer, mezcladas con los gritos e imágenes de las marchas, “Yo sí te creo”, “El violador eres tú”, “Justicia”, “Dignidad”, “Porque luchar contra la vida es amor propio y colectivo”,  y “Resistir, pero nunca, nunca olvidar”.  

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