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Alumnos se ponen a prueba

Ahora van por edición Universitaria

Alumnos se ponen a prueba
Ahora van por edición Universitaria

Esfuerzo, tenacidad, el ideal de ser mejores y, sobre todo, expandir sus conocimientos; competir contra ellos mismos y saber hasta dónde pueden llegar, son características de los jóvenes de Azcapotzalco que lograron ganar alguna medalla en la Segunda Olimpiada Cecehachera del Conocimiento

Este certamen académico surge a instancias de la Secretaría de Servicios de Apoyo al Aprendizaje y el Siladin a nivel central, a fin de ofrecer un espacio a los jóvenes del Colegio para continuar preparándose y llegar a la Olimpiada Universitaria del Conocimiento; adicionalmente, estas actividades les brindan herramientas de autoaprendizaje y un panorama más certero sobre su futuro profesional, reafirmando su área de interés.

En esta segunda edición, realizada vía virtual del 17 de enero al 4 de mayo, Azcapotzalco consiguió medallas de oro por conducto de Sara Nínive Moreno Chalico, en Química, y Santiago Arciniega Bautista, en Biología; Emilio Federico Vargas Domínguez ganó plata en Literatura, y Paloma Lynette Contreras Rivera, bronce en Biología.

 

La gloria dorada

Destaca el caso de Sara Moreno, quien ha obtenido la presea dorada en dos ocasiones, en la Olimpiada Universitaria y en la Cecehachera, ambas en Química, área que le apasiona y que este año que egresa, le dio la total seguridad de que “quiero ser científica y dedicar mi vida a la investigación en química”.

Aun conociendo la dinámica de la competencia, Sara consideró que su preparación fue “extenuante, sobre todo, porque fue de manera autodidacta, pero te das cuenta que todo ese trabajo es recompensado y muy satisfactorio”.

Es el mismo caso de Santiago Arciniega, quien no dudó en participar en el área de Biología, pues tiene claro que quiere dedicar parte de su vida y tiempo a formarse como investigador en una de sus ramas.

Reconoce que hubo momentos en que llegó a dudar de su conocimiento, a caer en desesperación por la gran cantidad de temas y el nivel de profundidad que tenía que revisar, sin embargo, “a lo largo de mi estancia en el CCH he aprendido a no rendirme y que cada esfuerzo que hagas por ser mejor tiene su recompensa”, concluyó. 

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