La Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) del plantel Azcapotzalco ha implementado acciones para impulsar campañas que promuevan la inclusión y el respeto a los derechos humanos, lo que ha dado como resultado el desarrollo de espacios seguros e inclusivos, como baños libres de discriminación.
Rubén Hernández Duarte, integrante del programa de Diversidades y Disidencias Sexo Genéricas de la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU) de la UNAM, visitó el plantel Azcapotzalco para abordar este tema y recalcó la importancia y trascendencia de que la UNAM incorpore espacios inclusivos en sus diferentes dependencias.
Hassibi Romero, presidenta de la CInIG, explicó que la charla tuvo como objetivo informar, orientar y acompañar a la comunidad en este tipo de temas y nuevos conceptos: “para muchos de nuestros jóvenes el baño es un espacio seguro libre de discriminación. Queremos que su escuela sea un lugar de sana convivencia, donde no haya violencia de género. Seguiremos trabajando en conjunto para que estos espacios sigan funcionando”.
Por su parte, Hernández Duarte enfatizó: “no es sólo imaginar alternativas de mundos posibles que desobedecen o desafían el orden que ha sido establecido, al menos en este caso, desde el punto de vista de lo que conocemos como el binarismo de género o la estructura binaria que clasifica y ordena al mundo social en términos de esa distinción tan tajante que divide y separa al mundo, entre el universo de la feminidad y el universo de la masculinidad”.
El ponente aclaró algunos conceptos clave para entender la inclusión y consideró al binarismo de género “como un campo que reduce nuestras posibilidades de autodeterminación, un campo que restringe la posibilidad de que conectemos con nuestra máxima autenticidad, pues inhibe el que podamos explorar y desarrollar una personalidad conforme a aquello que mejor le hace a nuestra persona”.
Por lo anterior, dijo que se trabaja para contar con “sanitarios multigénero, es decir, que puedan tener acceso personas de cualquier corporalidad, de cualquier identidad, espacios libres de discriminación por cualquier motivo, en particular, por motivos de expresión de género, orientación y características sexuales”, subrayó.
Por último, recalcó que “el éxito y buen uso de estos espacios inclusivos o desgeneralizados es que las comunidades se los apropien, es decir, que lo sientan suyo y parte de su vida cotidiana”.