El significado etimológico del término es que el pueblo tiene el poder

La representativa es la más común

El significado etimológico del término es que el pueblo tiene el poder

La representativa es la más común
El significado etimológico del término es que el pueblo tiene el poder

El humano es un ser que vive en sociedad, que se construye a sí mismo desde los espacios comunitarios. Al vivir con otros, con otras, ha sido importante encontrar formas, criterios y principios de convivencia, hemos tenido que construir espacios donde todas las personas puedan garantizar el ejercicio de sus derechos. A lo largo de la historia de la humanidad, estas formas de organización social han sido diversas; entre ellas podemos mencionar los regímenes monárquicos, aristocráticos y democráticos. En la actualidad, la democracia sigue un régimen político aceptable para un importante número de países en el mundo.

La democracia es un concepto que hemos heredado del pensamiento político de la antigua Grecia, proviene de la combinación de los términos demos, que significa “pueblo o grupos de personas” y kratos que significa “poder o autoridad”, por lo tanto, el significado etimológico es que el pueblo tiene el poder. En la política contemporánea se considera que la democracia es algo bueno por buscar el ideal de un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

La concepción moderna de la democracia surge durante la Ilustración con el desarrollo del liberalismo, recordemos que los ideales de la Ilustración sostienen que todos los aspectos de la humanidad deben estar guiados por la razón y por los principios de equidad y libertad, de tal manera que la democracia liberal se fundamenta en el poder social y no el sagrado, en la razón y no en la revelación divina.

Autores como John Locke consideraban que todas las personas poseían la capacidad de gobernarse a sí mismas y buscaban el bien común, por medio del uso de la razón. El concepto “soberanía popular”, desarrollado por el filósofo francés Jean-Jacques Rousseau, permitió la solidificación de la democracia como una forma de gobierno aceptable, ya que dicho concepto sostenía la idea de que los pueblos tienen el derecho a gobernarse a sí mismos con la finalidad de representar el interés de todos los ciudadanos.

A lo largo del desarrollo de la democracia como una forma de gobierno aceptable, surgieron diversas propuestas como la democracia parlamentaria o constitucional, pero quizá las formas de la democracia más aceptadas son la democracia directa y la democracia representativa, de hecho, en la actualidad se ha incorporado la idea de una democracia participativa. En la democracia directa la totalidad de los ciudadanos se reúnen para tomar las decisiones necesarias que permitan atender de la mejor manera los asuntos públicos de interés y beneficio para todos los ciudadanos.

Un ejemplo de la democracia directa la encontramos en la antigua Grecia en la cual el poder se ejercía directamente por el pueblo en una asamblea, es decir, todos los ciudadanos podían participar y decidir de forma colectiva los asuntos de gobierno; también es importante mencionar que para la sociedad de la antigua Grecia la condición de ser ciudadano correspondía sólo a algunos hombres, dejando fuera de esta categoría a muchas personas: mujeres, esclavos, extranjeros, infantes, etcétera.

Actualmente, practicar la democracia directa es algo muy complicado, por ello se ha hecho un uso cotidiano de la democracia representativa, es decir, la participación ciudadana se limita a la elección de gobernantes (representantes) y estos toman las decisiones en nombre de los ciudadanos. Esta forma de democracia tiene como reto asegurar a la ciudadanía que los representantes designados han sido elegidos mediante un proceso libre, justo y transparente. Una de las críticas que se le ha hecho a la democracia representativa es la reducción del poder que ejerce el pueblo para participar en la toma de las decisiones públicas.

Debido a las características de las sociedades actuales, la democracia representativa se muestra insuficiente para garantizar la validez de la gestión pública; por ello se ha planteado la necesidad de llevar a la práctica una democracia participativa donde la voz y el voto de los ciudadanos sean tomados en cuenta para la gestión y administración pública, esto significa que la participación ciudadana va más allá del ejercicio del voto en las urnas, para asumir un rol más protagónico, activo y propositivo en los diversos ámbitos políticos.

Aunque la democracia es quizá la forma de gobierno más aceptada, las preguntas sobre ¿quién debe gobernar? y ¿cuál es la mejor forma de gobierno? siguen siendo vigentes, pues tienen la intención no solo de reflexionar sobre lo que sucede en el mundo con respecto a la gobernabilidad, sino sobre todo buscan ofrecer elementos para la construcción de una sociedad en donde vivir conjuntamente sea posible mediante el ejercicio pleno de los derechos humanos, la igualdad y la libertad.

Compartir: