El condicionamiento operante ha sido motivo de muchos rechazos, esto se debe a que se ha desatado una ola creciente por parte de intelectuales y especialistas de varias áreas del conocimiento a favor de la libertad, la creatividad, la innovación y, sobre todo, la humanización del hombre.
El conductismo tuvo un gran auge durante el periodo de los años setenta, al incluir la objetividad de la conducta como un elemento científico en el estudio del comportamiento humano, dejando atrás los cuestionamientos ambiguos y subjetivos, presentando conclusiones apegadas a una metodología de carácter experimental.
La teoría conductual busca, entre otras cosas, identificar las relaciones que se establecen entre la conducta individual y su medio ambiente. Esta interacción se conoce como relación funcional, en donde al presentarse una variación en alguna de las partes, la otra es influenciada y sufre modificaciones.
Con este planteamiento, la conducta puede ser observada, medida y cuantificada a tal grado que se podría reproducir en condiciones controladas. Por ello se ha tildado al condicionamiento operante de “mecanicista” o de “robotizante”, que lo desvirtúan y merman sus aportaciones reales al entendimiento de la conducta humana.
La psicología y la pedagogía como disciplinas explicativas del comportamiento humano han realizado estudios e investigaciones en torno al hecho educativo, haciendo contribuciones importantes por medio de planteamientos teóricos, algunos de ellos abordan los fines educativos, la acción docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la motivación, la conceptualización de aprendizaje, la metodología y la evaluación, entre otros aspectos.
Al formar parte de la acción educativa, la educación física también se ha beneficiado, incorporando estos nuevos conocimientos a su quehacer cotidiano. El aprendizaje en el conductismo se define como la modificación relativamente permanente del comportamiento observable como producto de la experiencia reforzada.
Con la presentación detallada de los objetivos que especifican una conducta terminal, se establece una serie metodológica de tareas previas, necesarias para llegar al dominio de un conocimiento o de una habilidad específica contenidas inicialmente en las metas a lograr. Con esta metodología de enseñanza, el alumno aprende actuando, y el profesor puede retroalimentar y corregir utilizando adecuadamente los reforzadores necesarios.
La forma de evaluación de las actividades puede ser continua para observar en qué medida los objetivos se van cumpliendo. Esta información nos da la oportunidad de mejorar los programas, las metodologías o las técnicas didácticas, como alternativas del mejoramiento al proceso educativo al determinar el por qué no se alcanzó un objetivo estipulado, tratando de mejorar con ello la instrucción ofrecida al alumno.
Esta teoría del condicionamiento ha hecho aportaciones interesantes y válidas a la educación física, ya que esta área del conocimiento, al basarse en conductas motrices, requiere que sean especificadas de manera detallada para lograr el movimiento corporal requerido, por tal razón deben estar claramente definidas de antemano, como lo propone el conductismo.
El aporte del conductismo a la educación y, en el presente caso, a la educación física es la utilización de los reforzadores en el proceso de aprendizaje. El uso adecuado de ellos estimula e incrementa los estados emocionales gratificantes. En la práctica físico-deportiva el profesor debe conocer su manejo y aplicación oportuna a fin de lograr los aprendizajes significativos.
Algunas de las aplicaciones prácticas que ofrece la teoría conductista a la educación física escolarizada se encuentran presentes en la cotidianeidad vivencial del docente y los alumnos dentro del espacio formativo de interacción mutua.
A manera de conclusión, es posible mencionar que la teoría del conductismo tiene diversos elementos que pueden ser utilizados para sacar un mejor provecho en las clases de Educación Física sin olvidar que el alumno es un ser integral. Comentarios y sugerencias: Departamento de Educación Física del plantel Naucalpan, al correo: martin.perez@cch.unam.mx
