Los estudiantes tienen que reflexionar sobre sus vidas

Byung-Chul Han

Los estudiantes tienen que reflexionar sobre sus vidas

Byung-Chul Han
Los estudiantes tienen que reflexionar sobre sus vidas

Según el filósofo coreano Byung-Chul Han, los logros culturales de la humanidad se han construido por el conocimiento profundo y la contemplación. En ese sentido, la labor más importante de la filosofía práctica podría consistir en propiciar en los estudiantes la reflexión de su propia vida, en un sentido profundo y consciente, para desarrollar una concentración profunda en el propio ser.

También señala que hay poca tolerancia al aburrimiento, que sería el principio de un ambiente para pensar en uno mismos(a). Por ese motivo, ya hay capacidad de escuchar, pues se requiere de paz, cualidad importante para el diálogo.

La filosofía práctica tendría que dar énfasis al autoconocimiento en los estudiantes, propiciando la capacidad contemplativa, y se tendría que crear un espacio para acudir al jardín o a contemplar los árboles o las plantas. Pues al contemplar se abre un espacio íntimo que ayuda al individuo a adentrase y a empezar a pensar en sí mismo.

La filosofía en el bachillerato tiene el perfil de ser práctica, concreta y aplicarse a la singularidad de las circunstancias. Por ejemplo, si se revisa el tema de la “alegoría de la caverna” de Platón, se hace un ejercicio en que los estudiantes en equipo piensen cómo sería estar encadenados a la caverna en los tiempos actuales.

Es importante que en la clase de Filosofía se aplique el método socrático de la mayéutica, que implica establecer un diálogo con los alumnos, después de analizar el tema, y se buscan ejemplos de la vida concreta, al dialogar se va ahondando en ese saber socrático que sirve para que cada uno vaya descubriendo lo más profundo que habita en su alma, y al dialogar, el estudiante vaya descubriendo una verdad profunda de sí.

En el diálogo socrático se va haciendo una intervención de cuidado y se le pregunta al alumno individualmente si el tema se puede aplicar a su vida, si su familia lo vería bien si actuara por convicción propia.

Cuando se aplica la mayéutica, el estudiante visualiza que, para construir su valor ético, en ocasiones es necesario ser valiente para realizar lo que quiere, para ser libre y a veces actuar por lo que considera valioso, aunque no vaya de acuerdo con lo que su comunidad le dice. Esto requiere del fundamento de la reflexión, de ser consciente, de dialogar consigo mismo y de ser responsable de lo que ha elegido.

En el diálogo de los aspectos de la vida singular, para pensar filosóficamente de acuerdo con los temas de filosofía, a veces se cae en contradicción, pero pensar filosóficamente y de forma mayéutica, nos lleva a comprender que no se establece una lógica rigurosa, sino que la reflexión nos lleva a pensar con profundidad.

Por consiguiente, frente a las contradicciones, no siempre se busca eliminarlas, a veces es superarlas o asimilarlas e incluso vivir junto a ellas, pues hay caminos que nos conducen a la aporía, a situaciones ambiguas donde no se dan explicaciones exactas, el diálogo nos lleva a la flexibilidad y a la elasticidad de los conceptos.

Cuando el pensamiento filosófico es práctico, señala un camino individual, que cada consciencia tiene que alumbrar, y se construye lo que los filósofos de la antigüedad denominaban arte de vivir, entonces, si el individuo es libre, si piensa por sí mismo, si es reflexivo, si vive con calidad, irá adquiriendo la maestría de sí. Por tanto, se trata de obtener la fortaleza espiritual.

Si incluso se enfrenta a la tragedia, el maestro(a) de sí, tiene que actuar con prudencia, benevolencia u honradez en situaciones difíciles, decir la verdad, a pensar del conflicto con un familiar o amigo, ser así de fuerte, anímicamente hablando, conduce por lo tanto a obtener la maestría de sí, pues maestría se llama al dominio de sí, frente a situaciones extremas de dolor o de crisis. Ahí emerge la sabiduría, por ejemplo, al hacer surgir el amor. La filosofía práctica cuando conduce al joven a la sabiduría encuentra el camino de su propio corazón, y a esto se llama felicidad.

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