Exigencia, legado de Blanquel

Conferencia de Cátedra Especial del CCH

El académico se distinguió por fomentar el vigor intelectual en sus alumnos: Laura Favela

Conferencia de Cátedra Especial del CCH
El académico se distinguió por fomentar el vigor intelectual en sus alumnos: Laura Favela

Para la profesora Laura Favela Gavia, el maestro Eduardo Blanquel Franco “era una persona de vigor intelectual, rígido en lo académico, estricto en el estudio, exigente en la respuesta que sus estudiantes debían tener respecto a las lecturas y conclusiones que debían elaborar después de la comparación conceptual de los diversos autores, fuera de la misma corriente historiográfica, diferente, o de la conceptualización entre ellas”.

Lo anterior lo expuso al impartir la conferencia “Eduardo Blanquel: La exigencia académica como norma”, donde compartió su experiencia y de algunos de sus compañeros como alumnos del distinguido maestro, quien fue su mentor en Historiografía General cuando cursaba el primer año de la licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, ciclo escolar 1981-1982.

La docente, distinguida con la Cátedra Especial Maestro Eduardo Blanquel Franco en el Área Histórico-Social 2022-2023, que otorga el H. Consejo Técnico de la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, explicó que “esa exigencia y honestidad intelectual, la ausencia de simulación, el compromiso, es lo que nos enseñaba Blanquel, era, además, un signo de aquellos tiempos”.

Asimismo, destacó que Blanquel les exigía que fueran investigadores serios, que avanzaran con paso firme hacia la construcción del conocimiento. “Él sabía que el conocimiento no lo otorgaba el maestro a los estudiantes, sabía que el conocimiento lo construye cada estudiante, con la guía teórico-metodológica del maestro, puntualizó”.

En su semblanza, la profesora comentó que Eduardo Blanquel “nos enseñaba cómo descifrar intelectualmente un texto, conociendo al autor, su contexto histórico e intelectual; expresando la importancia del autor, de la obra y del tiempo que le tocó vivir; y a menudo, de la importancia de ese texto para la ciencia histórica. De ahí su exigencia al preguntarnos sobre el significado preciso de un concepto en un contexto determinado para un autor en específico”.

Laura Favela recordó la forma de enseñanza del profesor universitario con sus más de 30 años de experiencia en el aula, quien en 1986 recibió una medalla por tres décadas de labor docente.

“Lo importante para él era que la o el estudiante no sólo hubiera leído las obras que les dejaba cada una o dos semanas, sino que comprendieran; cuando respondían a sus preguntas con argumentos y evidenciando lo que habían leído y comprendido, el maestro evidenciaba satisfacción”, continuó.

La profesora de la Academia de Historia concluyó que Eduardo Blanquel exigía la participación del estudiantado en su clase de manera acertada: “el maestro sólo estaba buscando que habláramos con conocimiento, que confiáramos en la palabra expresada (…) Salíamos de sus clases cambiados, enriquecidos, sin duda alguna”.

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