La eficacia de instrumentos de evaluación como el Cuestionario de Actividad Docente (CAD) y el Examen Diagnóstico Académico (EDA), que se aplican en el CCH, o los Exámenes de Media Carrera y Terminales de Carrera, en el caso de la Universidad Justo Sierra, fueron experiencias compartidas en las dos jornadas finales del coloquio La evaluación en la institución y en el aula, coincidencias y discrepancias, que se desarrolló de manera virtual del 4 al 8 de abril.
“La enseñanza y el aprendizaje en el CCH, evaluados a través del CAD y el EDA” fue expuesta por Mayra Huicochea Vázquez y Alfredo Ávila García, de la Secretaría de Planeación de la DGCCH, con el objetivo de reflexionar sobre la evaluación institucional, particularmente sobre la relación entre la enseñanza y el aprendizaje en el Colegio, a partir de ambas pruebas.
El EDA es un instrumento que se aplica al final de cada semestre regular en todas las asignaturas (37) del Plan de Estudios del CCH; es una prueba objetiva, por lo que tiene atributos de validez, confiabilidad y objetividad; se obtienen datos a bajo costo y posibilita la realización de inferencias sobre los aprendizajes de la población estudiantil.
En tanto que el CAD permite obtener datos sobre el desempeño que han tenido los profesores del CCH en el aula a partir de la opinión de sus estudiantes; éste se realiza en línea al finalizar cada ciclo.
Entre las conclusiones, expresaron los ponentes, se demostraron algunos aspectos del perfil y del desempeño docente que resultaron significativos para la adquisición de aprendizajes en los estudiantes del CCH, es decir, los estudiantes que tienen una mayor calificación en el EDA también evalúan de una mejor manera a sus profesores en el CAD.
Antes, en la cuarta jornada, el doctor Juan Carlos Mazón Sánchez dictó la conferencia “La importancia de la evaluación de los aprendizajes en la educación universitaria”, en la que ponderó la utilidad que tienen los Exámenes de Media Carrera y Exámenes Terminales de Carrera en la Universidad Justo Sierra, pues les permite reconocer el rezago y de qué manera subsanar deficiencias y fortalecer los conocimientos de su estudiantado.
“El reto es regresar a cada profesor-alumno los resultados para saber en qué están mal y así poder cambiar, e implementar acciones”, señaló
En la misma jornada, Carlos Alonso Alcántara, maestro en Ciencias de la Comunicación por el Conacyt y la UNAM, ofreció “Narrativa transmedia: una experiencia de aprendizaje electrónico móvil (m-learning) antes y durante la pandemia, en la cual recordó que la narrativa es un recurso cognitivo de comunicación e indagación.
En tanto que el profesor Aarón Ezequiel Martínez Rodríguez compartió la “Evaluación de los Programas de Estudio TLRIID-III y IV. Metodología, observaciones y propuestas, que llevó a cabo el Seminario Central de Apoyo al Seguimiento, Instrumentación y Ajuste de los Programas de Estudio (SCASIAPE) del Taller de lectura, Redacción e Iniciación a la Investigación Documental III y IV.
Las maestras Olga Flores Álvarez y Rosangela Zaragoza Pérez ofrecieron la ponencia “Evaluación del proceso de investigación de Jóvenes hacia la investigación”, a partir del enfoque de la socioformación, en la que consideraron importante entender la evaluación como una práctica continua, de acompañamiento, ayuda y apoyo para dirigir los esfuerzos del estudiante hacia el nivel de logro en el cual se haya despertado su capacidad para tomar conciencia de su forma de pensar, y de cómo ésta influye y repercute en sus decisiones.
Mientras que Jorge Lavín, maestro en Ciencias Sociales, dictó la conferencia “Evaluación del docente a gran escala ¿Para qué sirve y para qué no?, en la que aseguró que la evaluación docente siempre debe ir orientada al uso formativo del profesor, más que al uso sumativo o para darle una calificación.
