“Mi inspiración desde niña ha sido mi mamá, porque es muy trabajadora, y mi hermano, porque ha sido un estudiante destacado. Ellos son los que me apoyan emocionalmente, dándome consejos. Mi hermano me ayuda en mis tareas. Mi mamá es licenciada en Administración y me da consejos de la vida en general. Estudió también en el plantel Sur. Mi hermano fue a la Preparatoria 6 y hoy estudia Ingeniería Civil en la UNAM”, relata Estefanía Jaime Zárate.
La cecehachera de cuarto semestre lleva un promedio de 10 y quiere estudiar Ingeniería en Mecatrónica: “Me gusta mucho dedicarme a la escuela, básicamente de eso se trata mi vida, me agrada aprender nuevas cosas”. Siempre ha sido alumna destacada y ha obtenido excelentes calificaciones.
Sus profesores de la secundaria, comentó, le dieron una idea de cómo era el Modelo Educativo del CCH: “Generalmente hacíamos investigaciones y otras actividades como ensayos. Entonces se me hizo fácil adaptarme al CCH. Iba en una secundaria privada donde tenía beca, igual que en la primaria”.
Estefanía platica que se autorreguló muy bien cuando ingresó al plantel Sur: “Mi familia y la escuela me inculcaron ser responsable. Para mi desarrollo académico y personal no debo faltar a clases, porque si lo hago después no se puede seguir el hilo de las cosas. No me dejé llevar por compañeros que me querían inducir a no entrar a clases y que nos fuéramos. Yo siempre tomo mis clases y les dedico el tiempo necesario para acreditar de forma excelente”.
La brillante alumna consideró que lo mejor del Colegio es su método de estudios: “Es bastante bueno que seamos independientes, que realicemos investigaciones y que los maestros sean una guía. Ser autónomos es una de las características principales de nuestra Universidad, una de las mejores de América Latina”.
En relación con el reto de la educación a distancia manifestó que no se le ha hecho difícil, pues es como estar en un aula: “Tomo apuntes, estoy interesada en las clases y participo como lo haría en un salón normal”.
Sobre la pandemia platicó que un tío se vio afectado por el Covid-19, pero afortunadamente él y su familia se recuperaron. “Es necesario tener las precauciones sanitarias para salir de esta situación y que las personas sigan las indicaciones para que ya no haya más decesos. Debemos tener más cuidado en nuestra limpieza y respetar el hábitat de los animales”.
También opinó sobre la educación: “Hay carencias en idiomas, hay personas que no tienen un buen desarrollo respecto al inglés y considero que es importante enriquecer esa parte. En el Colegio se pueden tomar dos idiomas; por ejemplo, yo cursé inglés en la secundaria y en el CCH estudio francés, así puedo ampliar mis rangos de aprendizaje y mis áreas de oportunidad para desarrollarme profesionalmente”.
Ante las fake news, tiene un método eficaz: “Cuando me llegan ese tipo de noticias, generalmente busco en plataformas confiables como la UNAM o las páginas del gobierno, para confirmar que sean datos verídicos y lo comento con mi familia por si tienen que salir a conseguir insumos, para que estén al tanto de la situación también”.
El movimiento feminista lo considera justificado y la manera como se manifiestan también: “Pienso que, históricamente, las revoluciones no se han logrado de manera pacífica; por ejemplo, en la Independencia se rompió la puerta de la alhóndiga de Granaditas. De cierta manera, las guerras son una manera de levantarse contra el Estado. Es una forma de que las mujeres ya sean escuchadas. La violencia contra algunas mujeres puede causar sentimientos de desesperación y esa es la única manera en que pueden sacar su frustración”.
El mayor problema de México, dice, es la falta de información: “Con esto me refiero a que la gente no se esfuerza en ir más allá. En el caso de las mujeres no indagan más sobre estos conflictos y repiten lo que los medios amarillistas dicen, además de que tampoco se inculcan valores para la convivencia. También está el machismo, porque cierra muchas puertas esa falta de valores y de información”.
Respecto de sus hobbies, señaló: “Me gusta el ballet clásico, llevo seis años practicándolo; lo suspendí tres años, durante la secundaria, pero lo retomé en un taller del CCH. También me agrada leer historias de terror y románticas, además dibujar”, concluye.
