En el ajolotario Alfonso Luis Herrera López del plantel Oriente, del Colegio de Ciencias y Humanidades, las leyes de Mendel, los aspectos sobre mutación, reproducción sexual, endemismo y depredación, entre otros aprendizajes y contenidos correspondientes a la materia de Biología, pueden ser ejemplificadas a partir de la observación del Ambystoma mexicanum.
A casi 20 años de estudiar el ajolote en cautiverio en el Siladin del referido plantel, este espacio fue adaptado, remodelado y reinaugurado para exhibir el ciclo completo de reproducción y crecimiento de la especie, ya que no contaba con los requerimientos de infraestructura necesarios para que diera albergue al anfibio de manera permanente.
Con estos cambios, explicó Leticia Alonso Montesinos, académica titular de la actividad, se podrá contar con ejemplares vivos, aunque para su cuidado se irán rotando, de manera que no se sometan a largos periodos en las peceras y con luz artificial.
Asimismo, gracias a la administración del plantel, encabezada por la maestra María Patricia García Pavón, el ajolotario podrá mostrar a la comunidad cecehachera más de 60 ejemplares durante los meses de septiembre a noviembre.
“Podrán ver su estado inicial (huevo), observar su crecimiento, reproducción, mutaciones, hasta cuáles son sus depredadores, incluso se tienen ejemplares de salamandras”, dijo.
EL SITIO DESPIERTA INTERÉS
Montesinos dijo que este espacio apoyará los aprendizajes y contenidos de Biología I a IV. “De hecho, hay profesores de la asignatura de Antropología que se acercan al sitio para conocer esta especie, ya considerada en las culturas prehispánicas como especial; también hemos tenido experiencias con alumnos de Inglés que también realizan sus actividades escritas a partir de su visita al ajolotario, y ponen a prueba su vocabulario de inglés”, compartió.
Los alumnos podrán visitar el espacio los lunes y miércoles de 13:00 a 15:00 horas. Además, recibirán la explicación de los profesores y estudiantes que participan en el proyecto del ajolotario.
“No se trata de verlos en las peceras y tomarles fotos, sino de conocerlos más a detalle”, señaló Raúl Cermeño García, profesor participante, junto con Carolina Monserrat Gutiérrez Aguilar, Karina Argüello Hernández y Sabel René Reyes Gómez.
El sitio, que lleva el nombre de Alfonso Luis Herrera López, en honor al biólogo mexicano que fundó el zoológico de Chapultepec, camina hacia una crianza de la especie en cautiverio con una visión autosustentable.
En este sentido, la académica indicó que en esta nueva etapa del ajolotario se busca que la alimentación del anfibio se genere en el mismo espacio. Para ello se ha iniciado la crianza de la lombriz californiana, además de que se analiza la posibilidad de que el agua que se utiliza en las peceras pueda ser reutilizada en otros proyectos del plantel.
“Pretendemos que sea alimento para los ajolotes, pedimos a las barras (donde se comercializa alimentos) materia orgánica, como cáscaras de frutas para darles de comer a las lombrices. Esto también ha generado interés entre los alumnos ya que han surgido otras líneas de investigación como la crianza de presas, como son los caracoles, el notonecta, larvas de insectos, pretendemos que esto sea autogestionable y no comprarlo; queremos que el animal se acostumbre al alimento natural”, explicó.
Inicia curso sobre cuidados
Conoce su importancia
El nuevo recinto busca preservar al ajolote mexicano, una especie en peligro crítico de extinción
Un sueño que tardó 20 años en hacerse realidad se consumó con la reinauguración del ajolotario Alfonso Luis Herrera López en el plantel Oriente, espacio creado para la reproducción en cautiverio del ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum), que permitirá apoyar en la investigación escolar en las instalaciones del Siladin.
De esta manera, 60 ajolotes serán los huéspedes de este recinto a cargo de los docentes Leticia Alonso Montesinos y Emilio Román Hinojosa, quienes se apoyaron de los proyectos Infocab para cumplir con esta meta y acercar el estudiantado a la ciencia.
Sobre las especies, éstas se marcaron para analizar su crecimiento, identificar posibles enfermedades y analizar las causas de muerte para tener una visión completa de su desarrollo, además de que se realizarán trabajos de campo una vez al mes en el ejido Ignacio Manuel Altamirano, en el estado de Puebla.
Para complementar este trabajo también inició el primer curso extracurricular “La importancia de la conservación del ajolote mexicano”, en el Laboratorio de Biología CREA de Siladin y en el nuevo ajolotario.
El propósito de este curso es que las y los participantes conozcan el desarrollo de los ajolotes, las condiciones de su medio natural y los problemas ambientales que los tienen en una situación de riesgo, así como las alternativas para su conservación.
Asimismo, se pretende reconocer la importancia médica, científica y cultural de dicha especie, además de fomentar habilidades, actitudes, valores y conocimientos indispensables para promover una cultura científica y del estudio de la biología, así como desarrollar el pensamiento crítico.
Esta actividad se llevará a cabo hasta el 18 de octubre, con un total de 20 sesiones de manera semipresencial (duración de 40 horas) y con la asistencia de 25 estudiantes.
Durante la inauguración del espacio, Patricia García Pavón, directora del plantel, dijo que el ajolotario es un legado que enriquece los saberes que ofrecen el plantel Oriente y la UNAM.
