Margarita Lezama, fundadora

Margarita Lezama, fundadora

Aprender a aprender sigue siendo la bandera de la profesora del Sur

Margarita Lezama, fundadora
Aprender a aprender sigue siendo la bandera de la profesora del Sur

Aunque inicialmente sentía que no estaba hecha para la docencia, Margarita Graciela Lezama Cohen aceptó la invitación de su maestro Alfonso Bernal Sahagún para participar en la selección de personal para dar clases en el Colegio de Ciencias y Humanidades, por considerarla una docente emprendedora y con mucha energía, y hoy no se arrepiente de ello, pues su paso por el plantel Sur ha sido maravilloso y ha recibido muchas recompensas con sus alumnos.

La contrataron y empezó a trabajar bajo la filosofía original de aprender a aprender, se organizaron en equipos para formular ordenadamente todo el trabajo experimental, ver cómo iban a enseñar a los chicos, “era un reto y una responsabilidad tremenda porque no había antecedentes, claro que era algo interesante y en el grupo de maestros que iniciamos, la gran mayoría éramos muy jóvenes, que habíamos vivido el 68”.

Aunque ella no era revolucionaria, considera que en el ambiente de la época sí hubo una revolución importante, porque empezaron a ver lo que era el país, la Universidad; ese reto de cambiar el mundo, “yo tenía 23 años y quería hacer un buche con el océano”, recuerda entusiasmada.

Los profesores, relata, “trabajamos con toda nuestra energía, estructurando programas y nos engolosinamos con la idea de formar generaciones con una mentalidad diferente. Me fui enamorando del proyecto, tenía muchas inquietudes; de manera paralela hice investigación, pero nunca me separé del CCH, cuando empezó la complementación académica, de profesor de carrera, le fui entrando porque yo era pionera y tenía que seguir y seguir, esto me hizo sentir muy bien”.

A lo largo de su trayectoria, dice, quizá le ha estado robando juventud a los jóvenes, “primero me sentía igual que ellos, luego era como su mamá y luego les digo que ya soy su abuela, pero no me quiero envejecer; me sigo divirtiendo y a todo lugar al que voy encuentro a alumnos, algunos de las primeras generaciones me escriben a diario, he recibido muchísimas recompensas, ha sido maravilloso”.

Para la maestra Lezama, las juventudes son iguales, los ideales son los mismos, todo adolescente que recibimos quiere crecer, ser profesionista productivo y tiene muchos anhelos; claro que el mundo y la tecnología han cambiado, las políticas se han modificado, pero hemos mantenido nuestro lema, de enseñar a los chicos a aprender a aprender, a hacer y a ser y los profesores seguimos llevándolo como una bandera.

“Creo que la institución, independientemente de los cambios, sigue siendo la misma, y mientras se sigan esos ideales, no se acaba nuestro CCH, éste sigue vigente”, asegura la profesora, quien admite que hay puntos que reforzar, como contar con un mayor número de plazas de Carrera.

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